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PODCAST:
Transcripción
David Puerto:
Hola, soy David Puerto, y bienvenidos a este espacio, este podcast de Team Latinoamérica. En esta ocasión, nos acompaña nuevamente Justin Burkholder, el Director Internacional de TEAM. Así que, bienvenido, Justin, a esta mesa, a este espacio de conversación de amigos sobre la misión de Dios en todas las naciones.
Justin Burkholder:
Muchas gracias, David. Siempre es un privilegio poder compartir y platicar un poquito.
David Puerto:
En este episodio, queremos hablar acerca del estado de las misiones mundiales, globales, en este año, el 2024. ¿Qué es lo que Dios está haciendo en las naciones? ¿Cómo integramos en nuestra conversación nuestra realidad local, pero al mismo tiempo la realidad global? ¿Qué está pasando con la iglesia en el mundo? Yo creo que, como director de TEAM, de esta agencia misionera en la cual servimos, seguramente tienes muchas conversaciones con personas de diferentes partes del mundo, y vemos lo emocionante que es vivir en esta época. Así que cuéntanos, Justin, desde tu punto de vista, desde tu tarea, tu función también como director internacional de TEAM, ¿cuáles son las tendencias en las misiones globales en este año?
Justin Burkholder:
Pues, yo creo que es una excelente pregunta, y siempre hay riesgos en ser la persona que está comentando tendencias, porque uno puede plantearse como experto, pero uno no es experto. Hay mucha lectura y otras personas han comentado al respecto. Pero hay ciertos patrones que se leen en los diferentes artículos y libros que están saliendo.
Yo creo que una de las tendencias más fuertes, que realmente no es quizás particular para 2024, ha sido ya desde hace mucho tiempo este concepto del policentrismo, tanto del cristianismo como de la misión. «Policentrismo» suena a una palabra sofisticada, pero lo que quiere decir es «múltiples centros». Históricamente, uno hubiera hablado de que el centro de la misión regionalmente había pasado a lo largo de la historia de la iglesia por diferentes regiones, desde Jerusalén, luego pasó hacia Asia Menor, y a diferentes lugares, a Europa, Estados Unidos, y ahorita lo que estamos viendo es este fenómeno del policentrismo, donde realmente no hay un centro principal del envío misionero. Más bien, estamos viendo el surgimiento de múltiples centros, de múltiples partes del mundo, múltiples regiones que están participando en la misión de Dios. Esto es debido al cristianismo policéntrico, o sea, el hecho de que lo que Dios ha hecho en los últimos 100 años en particular, de expansión de su iglesia a lo largo del mundo, ha sido increíble, y ha sido una transición enorme en cómo nosotros tenemos que pensar en la iglesia a nivel global y la misión a nivel global.
Yo pondría esa tendencia como una de las principales que está sucediendo ahorita, en 2024.
David Puerto:
Entonces, podemos decir que el evangelio ya no solamente es desde Europa hacia el resto del mundo, o desde Estados Unidos hacia el resto del mundo, sino que el evangelio se está moviendo de todas partes a todas partes.
Justin Burkholder:
Exacto. Esa idea en inglés diríamos que antes era «from the West to the Rest», o sea, del occidente a los demás, pero realmente nosotros estamos viendo ese movimiento de todas las naciones, desde las naciones hacia todas las naciones, y es increíble. Esa tendencia es realmente notable.
David Puerto:
Claro, y eso pone a la iglesia global también como participante activo, y no solamente para recibir. Nosotros estamos aquí no solo para recibir, sino para participar y colaborar en esta misión desde nuestro propio lugar también de envío. Ah, sí, es emocionante. Al mismo tiempo, es complejo, porque la diversidad de idiomas, de culturas, de cosmovisiones, pone complejidad en el escenario.
Justin Burkholder:
Y hasta el chiste quizás más cliché, pero aún cómo vemos el concepto del tiempo o cosas así. A la hora de que la mesa donde se planifica la misión, por decirlo así, incluye múltiples naciones y múltiples cosmovisiones y múltiples culturas, cosas tan sencillas, factores tan sencillos como el tiempo empiezan a tener una presencia, un auge diferente. Pero sí, es una enorme bendición el hecho de que ahora la mesa no le pertenece a nadie, la mesa le pertenece a la iglesia de Jesucristo. Entonces, eso es una enorme tendencia.
Yo creo que otra tendencia que nosotros podríamos resaltar, especialmente en los últimos 25-30 años, es el avance tecnológico que se ha dado. Y de nuevo, esto no es algo exclusivo para 2024. Ahorita quizás en estos años estamos viendo avances en cosas como la inteligencia artificial, y puede eso tener todavía… se está descifrando y discerniendo cuáles son los impactos de esos avances sobre la misión global. Pero el acceso, o sea, el mundo se ha vuelto tan pequeño en estos últimos 25 o 30 años que el acceso y el conocimiento para poder contar historias, para poder comunicarse entre sí…
Yo crecí en México, y recuerdo que cuando nos mudamos a México, simplemente hacer una llamada de México para los Estados Unidos te iba a costar 50 dólares o algo así. Y cuando surgió el correo electrónico, era como «¿Qué es esta maldición?», o sea, ¿qué es esto que nos va a perjudicar a todos, que nos va a afectar a todos? En realidad, se ha vuelto una enorme bendición. Este avance tecnológico ahora ya no se tiene que ver como algo que nos va a afectar o algo que trae maldad, sino que realmente ha sido una bendición poder conectarnos entre sí, y el mundo se ha vuelto mucho más pequeño. Eso presenta grandes retos. Alguien que interactúa, por ejemplo, con una organización misionera, puede esperar tener la misma experiencia independientemente del país donde está, porque el mundo es tan pequeño. Ellos creen que estas organizaciones están muy interconectadas. Entonces, los avances tecnológicos son enormes en cuanto a acceso al evangelio y las oportunidades de evangelismo. Hay iniciativas súper interesantes de publicidad en las máquinas de búsqueda en Internet, de gente que googlea a Jesús, y hay personas en otro país que están desarrollando páginas web targeteando estos países no alcanzados, para que cuando ellos buscan a Jesús, los pone en contacto. Es increíble las oportunidades que la tecnología nos brinda en este momento de la historia de la misión.
David Puerto:
Sí, pensando también en pueblos sin Biblia, pueblos sin las Escrituras en su propio idioma, podemos pensar solamente en la capacidad que herramientas como la inteligencia artificial y otro desarrollo tecnológico pueden facilitar: la traducción de la Biblia a esos idiomas, la revisión de esas traducciones, la comparación, etcétera. Y realmente puede ser una herramienta potencialmente dañina, por supuesto. Siempre es como un arma de doble filo. Pero pensando en la expansión de la misión y del evangelio de Cristo, realmente la tecnología abre puertas a una nueva realidad. Un montón. Y pues la realidad virtual también, el tema de las traducciones instantáneas, con Google tú puedes traducir… Hace poco escuché a un amigo que pasó como una hora hablando con una persona de otro idioma, y compartiendo el evangelio a través de un traductor. Increíble. Entonces, sí, por supuesto, tenemos que considerar los desafíos que esto presenta, pero es emocionante escuchar que la tecnología y el desarrollo tecnológico han abierto puertas para la predicación del evangelio, la traducción de la Biblia, la comunicación del evangelio a otros idiomas y a otros lugares de acceso remoto también.
Justin Burkholder:
Sí, el uso de inteligencia artificial en algunos lugares ha sido… Yo no sé si lo han visto, pero los videos en los que la persona está hablando en su idioma natural, pero la inteligencia artificial está traduciendo en tiempo real y también ajustando el movimiento del mismo rostro para que lo que se transmite se transmita en otro idioma. De hecho, yo ahorita estoy hablando en inglés… son mentiras, pero esas son las cosas que es increíble considerar y contemplar, todas las posibilidades que nos pueden presentar estos avances tecnológicos.
David Puerto:
Claro, entonces hablamos del policentrismo, pero esto también está conectado con el avance tecnológico y las herramientas que tenemos a la disposición para la expansión del evangelio, y que nosotros podemos usar desde donde estamos, realmente.
Justin Burkholder:
Sí, sí. Yo creo que quizás otro aspecto que va ligado a estos dos… y vamos a poner estas dos juntas… es la urbanización y el movimiento migratorio, en particular en grandes ciudades. Estamos viendo una expansión multiétnica, multinacional, de personas que están llegando de otros lugares y otros países, hasta tal punto que algunos sociólogos dirían que las ciudades globales tienen más en común las unas con las otras que lo que tiene esa ciudad con un pueblo dentro de su propio país. Entonces, cuando hablamos del traslado, el acceso misionero y el traslado de una persona que viene de un centro urbano, pasarse para otro centro urbano, la facilidad para asimilarse en esas ciudades es muy alta, porque hay muchos factores compartidos entre este movimiento urbano. Especialmente en regiones como América Latina, la urbanización a lo largo de los últimos 50-100 años ha sido tan potente y tan fuerte que ahorita nosotros tenemos varias ciudades de mucho tamaño y de mucha influencia global, y es una realidad que misionalmente la tenemos que tomar en cuenta. Especialmente si hablamos de la imagen de Dios representada en estas ciudades. Yo creo que era Tim Keller quien decía que en las ciudades hay más imagen de Dios por metro cuadrado, o sea, la saturación de personas que hay en las ciudades es una tremenda oportunidad para el evangelio. Pero no solo de personas, sino de personas multiétnicas, entonces, especialmente en lugares como Estados Unidos y Europa, el movimiento de diáspora, de estos movimientos migratorios, de personas que están llegando a los Estados Unidos desde países donde hay muchos pueblos no alcanzados, pero que están llegando a estas ciudades grandes, donde quizás en su país de origen no hubieran tenido contacto con un cristiano, pero al llegar ahora a una de estas ciudades de influencia, hay contacto con el mensaje del evangelio. La oportunidad que luego existe de regresar, no solo con el conocimiento que adquieren, sino regresar a sus países ya con conocimiento del evangelio y volverse ellos obreros dentro de su propio pueblo, es un enorme potencial misionero. Esta expansión y este movimiento de personas que Dios está, de alguna forma u otra, provocando para la expansión del evangelio a todas las naciones.
David Puerto:
Claro, la migración, tanto interna de los países, del campo a la ciudad, por ejemplo. Leía hace poco una estadística: en Tokio, en Japón, hay más personas que en Canadá. Es impresionante. Pero aquí en América Latina, nosotros también tenemos… antes Ciudad de México era como una referencia, pero tenemos a São Paulo, Brasil, Buenos Aires, Santiago de Chile, Lima, Perú, Bogotá, que son megaciudades donde es una locura. Ciudad de Guatemala no es tan grande, pero también tenemos un tráfico que es un poco loco. Pero tenemos una serie de desafíos que presenta el tema de la migración hacia las ciudades. Pero también vivimos en una generación donde a los jóvenes se les hace muy fácil migrar también. A unos un poco más fácil que a otros, pero la migración también es una consideración que está en el radar de las personas. Entonces, ¿cómo, como pueblo de Dios, como iglesia en América Latina, nosotros podemos ver los movimientos de personas como herramientas también de la expansión del evangelio? De vivir una vida integrada, misional, que con nuestra profesión, que con nuestro trabajo, nuestro servicio, podemos migrar. Pero también hay otro tipo de migración, porque esta es más migración intencional. Pero la migración que es a la fuerza, por algún desastre natural, por terrorismo, por extorsión, por asuntos políticos también o sociales en diferentes contextos. Y aún aquí en América Latina nosotros cada vez vemos más y más migrantes, de países que antes eran… pues vemos en un mapa y pensamos «no, eso está muy lejos». Gente del norte de África o del cuerno de África o aún lugares en conflicto y en guerra, como Afganistán, Siria. Y vemos a estas personas aquí entre nosotros y… ¡Wow! Estas personas vienen de contextos y de lugares donde tenían muy poca probabilidad de escuchar el evangelio. Ahora están entre nosotros. ¿Qué hacemos como iglesia para servirles, para acompañarles? Y este tema es una tendencia también, ahora.
Justin Burkholder:
Y antes se tenía que cruzar fronteras, y a veces ahora solo es cruzar la calle. O sea, estas personas a quienes uno hubiera subido a aviones para ir y hablar del evangelio, ahorita ellos mismos están a menudo en nuestras colonias. Y yo no sé por qué los canadienses siempre son el punto de comparación, pero también se dice en este tema de migración que hay más hispanos en los Estados Unidos que canadienses en Canadá. Pensando simplemente en este tema migratorio, las demográficas del mundo están cambiando. La composición poblacional del mundo está cambiando y eso está llevando ciertos retos para la iglesia, pero también mucha oportunidad.
Y yo creo que una de esas oportunidades, que es quizás otra tendencia, es este concepto de iglesias internacionales. En muchos países cerrados, por lo pequeño que es el mundo, por cuánto movimiento hay multinacional, uno termina a veces en países donde quizás son cerrados al evangelio, pero abiertos a poblaciones internacionales. Y estas poblaciones internacionales quizás no comparten la religión del país o ellos son evangélicos, y estos países quizás no comparten eso, pero permiten que estos que son foráneos y que tienen su religión, practiquen su religión hasta de una forma legal, y reconocida por el país, en lo que son conocidos como estas iglesias internacionales. Y hay varios de estos alrededor del mundo que son un increíble punto misional para la iglesia, en el poder tener una presencia validada y reconocida en muchos de estos países, pero desde el cual pueden ellos trabajar por el bienestar del conocimiento de Cristo en regiones que desconocen a Cristo, en regiones donde no se ha proclamado a Cristo. Entonces, estas iglesias internacionales están en crecimiento y a menudo están buscando pastores, líderes, líderes de alabanza, pastores juveniles, lo que sea, un montón de diferentes oportunidades para personas trasladarse de su región e ir y servir en una iglesia formal, quizás relativamente común, pero en un entorno completamente distinto, y en muchos casos en gran necesidad de escuchar el evangelio.
David Puerto:
Sí, claro. Y yo creo que es importante reconocer esto también, porque son oportunidades que no necesariamente están muy enfrente de nosotros. Generalmente pensamos en el envío de misioneros tradicional, donde cada quien levanta su sostenimiento y es enviado por su iglesia local, acompañado de una agencia misionera, etcétera. Pero estas son nuevas oportunidades o nuevas formas también de poder participar en la misión global en lugares donde hay pocas oportunidades de escuchar el evangelio por primera vez. Y TEAM también puede servir en eso, porque hay una red de iglesias internacionales de la cual somos parte, y podemos servir también provocando y buscando oportunidades para la iglesia latinoamericana de servir en esa dirección. Pensamos, por ejemplo, en algunas ciudades: Dubái, en Emiratos Árabes Unidos; Casablanca, en Marruecos; Bangkok, en Tailandia; Kuala Lumpur; Yakarta… Hay muchos lugares donde legalmente se establecen estas iglesias internacionales y pueden servir en su contexto para el beneficio de ese lugar, la expansión del reino y la predicación del evangelio en esos contextos.
Entonces, estamos hablando de tendencias. ¿Cuáles son las tendencias de la misión? ¿Cuál es el estado de la misión global? Hablamos de policentrismo, hablamos del desarrollo tecnológico, de los movimientos migratorios, de pasar del campo a la ciudad, pero también del crecimiento de las ciudades. ¿Hay alguna otra que te gustaría mencionar, aparte de estas ya cuatro que hemos mencionado? ¿Las iglesias internacionales también?
Justin Burkholder:
No quizás mencionar, pero sí creo que ese concepto de policentrismo es quizás uno de los conceptos más fuertes y más importantes a resaltar, porque sí cambia por completo la dinámica de cómo es que nosotros aún hablamos de estas tendencias. ¿Quiénes son los que están hablando de esas tendencias y cuáles son los recursos que están en la mesa para responder ante esas tendencias? Ahora tenemos un acceso y una gran diversidad de recursos, habilidades, contactos y conocimiento cuando vemos la tremenda expansión de la iglesia a lo largo del último siglo. Entonces, ese policentrismo es la oportunidad que es la sombrilla sobre estas otras tendencias que nos permite de ahí obtener todos los recursos necesarios para responder a la necesidad de conocer a Cristo en medio de estas tendencias relevantes que se están dando.
David Puerto:
Entonces, pensando en el estado de la misión global, ¿por qué es importante que la iglesia en América Latina conozca estas tendencias, las comprenda, las digiera y también colabore y participe en la reflexión y en la conversación? ¿Por qué es importante para la iglesia conocer las tendencias actuales de la misión global?
Justin Burkholder:
Pues, yo creo que primero que nada es entender cuáles son las oportunidades de poder involucrarse. Estos son caminos que nos permiten tener acceso a ciertos lugares del mundo que quizás históricamente han estado cerrados a obreros cristianos. Entonces, el saber de estas tendencias nos permite replantear la estrategia y la manera en la que nosotros nos integramos en la misión global. Yo creo que uno es simplemente el involucramiento. Yo creo que segundo es un enorme motivo de oración, porque hay personas que están trabajando entre poblaciones de refugiados en estas iglesias internacionales, personas que están trabajando en la industria de tecnología. Entonces, es una oportunidad para orar y saber qué es lo que Dios está haciendo. A final de cuentas, creemos que este es el mundo de nuestro Padre y lo que se da en este mundo, de una forma u otra, se da bajo su cuidado soberano con sus fines de gloria. Entonces, nosotros estamos viendo no simplemente datos sociológicos, más bien hay un Dios soberano que está guiando y dirigiendo estas cosas, y nosotros podemos estar orando para que esto produzca más fruto para el evangelio.
Y yo creo que la otra es que esto nos permite romper quizás el paradigma de creer que las misiones son solo para los pastores entrenados en los seminarios. Muchas personas piensan en qué es un misionero. “Bueno, es alguien que ha estudiado en el seminario, que sabe griego y hebreo, que recauda sus fondos de muchas iglesias y, dos o tres años después, va a un país, aprende un idioma…” Cuando vemos estas tendencias, los caminos hacia los países donde hay más poblaciones no alcanzadas, los caminos a menudo son más cortos y más accesibles de lo que nosotros suponemos. Y quizás ya no son tan accesibles para pastores entrenados en seminario, pero sí son accesibles para ingenieros, doctores, médicos, maestros… o sea, son accesibles ahora de una forma distinta. A veces, el acceso a esos países es por medio de mi vecino, que viene de ese país. Entonces, hasta cierto punto, estas tendencias nos impulsan a reconocer que toda la iglesia tiene que capacitarse y entrenarse para participar en la misión. Ahora, eso no es porque la tendencia lo dicta, eso ha sido el plan desde el principio. Pero quizás nos hemos podido excusar con algunas otras cosas, pero ahora Dios está diciendo: «Mira, iglesia, aquí están las oportunidades, aquí está tu vecino, aquí están ciertos avances en diferentes carreras, las oportunidades para compartir el evangelio ahora abundan y para ir a las naciones también abundan». Entonces, iglesia, aprovechen, participen, involúcrense, que Cristo sea conocido entre las naciones.
David Puerto:
Entonces, como sintetizando, conocer estas tendencias actuales también nos ayuda a romper un paradigma, que hay solo una manera de obedecer la gran comisión, de ser parte de la misión de Dios. Y como podemos ver, hay múltiples rutas en la actualidad para ser parte de lo que el Señor está haciendo entre las naciones.
Hay varios datos bien interesantes, porque en esta idea del policentrismo, y como tú decías, esta es la sombrilla que nos ayuda a entender que nosotros somos parte también de la misión y hay muchas cosas sucediendo, pero nosotros participamos también. O sea, no solamente extendemos la mano para recibir, no solo para recibir recursos misioneros y agencias sirviendo entre nosotros, organizaciones, etcétera, sino que también extendemos la mano para dar lo que el Señor nos ha dado a nosotros, ya por muchos años de evangelio, la presencia del evangelio aquí en América Latina.
Pero hay un par de datos interesantes que estuve leyendo, investigando un poco. En 1900, el 92% de los evangélicos vivían principalmente en Europa y Estados Unidos, y solo el 8% en América Latina, África y Asia. Pero a partir de la década de los 80, la mayoría de creyentes viven bajo la línea del Ecuador, incluidos nosotros en América Latina. Entonces, es interesante que la proporción actual ahora es del 23% de evangélicos que viven en el norte, Estados Unidos, Canadá, Europa. Y también Australia es parte de ese grupo, pero el 77% vive en América Latina, África y Asia. Es una mayoría de los cristianos. Es un cambio masivo, es un cambio masivo. Entonces, tenemos una iglesia en América Latina, una iglesia evangélica enorme, gigante. Y yo creo que tenemos nuestros propios desafíos internamente, construir discipulado saludable, profundidad bíblica, que podamos leer la Biblia, comprenderla, comunicar bien el mensaje del evangelio. Pero al mismo tiempo, tenemos una oportunidad increíble de ser parte de lo que el Señor está haciendo, ha estado haciendo a lo largo de la historia y está haciendo en estos momentos, con todas estas rutas que Él nos está abriendo para ser parte de la misión, de la misión de Dios. Por eso, yo me siento emocionado y privilegiado de vivir en estos tiempos.
Justin Burkholder:
Mucho se le ha dado a Dios, Dios pide mucho. Y ahora, creo que en la iglesia de Jesucristo, independientemente de su región, ha recibido mucho. Y hay ciertas regiones del mundo donde han recibido un montón en estos últimos siglos, por la misericordia de Dios, y ahora todos podemos ser partícipes de esta misma manera, sirviendo en misión.
David Puerto:
Justin, unas palabras finales para resumir y sintetizar las ideas que hemos estado compartiendo en estos minutos.
Justin Burkholder:
Pues, yo creo que esto sigue siendo el mundo de nuestro Padre y todo lo que sucede está sucediendo. Podríamos ver todos los conflictos geopolíticos, podríamos ver guerras, podríamos ver desastres naturales, y sería muy fácil desesperanzarse. Pero creo que esto sigue siendo el mundo de nuestro Padre, y Dios está obrando, y Él está tejiendo una historia desde el huerto de Edén hasta la gloria eterna del Dios trino, y Él sigue a cargo en el trono. Entonces, cuando vemos lo que está pasando en el mundo, podemos ver chispas de la obra divina que están aún dirigiendo el hilo de la historia humana hacia Su gloria. Podemos, sin pena, involucrarnos en lo que Dios está haciendo, sabiendo que Él controla el destino de la historia del mundo. Y diría que, con eso dicho, no hay excusa alguna para que cualquier cristiano no esté involucrado en la misión. Cada cristiano tiene algo que contribuir a la misión global. Esta noción de participar en la misión no se le fue dada simplemente a algunos súper espirituales quienes son los que se encargan de llevar el evangelio. Más bien, esta tarea de participar en la misión de Dios se le fue dada a toda la iglesia y requiere el involucramiento de cada miembro, de cada individuo. Participar en la misión es el plan de Dios, y estamos viendo que las rutas y las oportunidades ahora abundan. Entonces, si es simplemente orando, si es dando, o si es yendo en alguna de esas rutas, hay oportunidad para tu involucramiento en la misión global.
David Puerto:
Gracias, Justin. Esta ha sido otra entrega del podcast Team Latinoamérica. Esperamos que hayas sido informado, desafiado y bendecido por nuestra conversación, y te esperamos en una nueva entrega para el servicio al bien de tu alma, de tu iglesia y, especialmente, para ver a Cristo glorificado en todas las naciones.