¿Cuál es la situación actual de los «grupos no alcanzados»?

Aunque esta interpretación de “todas las naciones” presenta desafíos importantes, nos muestra una de las mayores necesidades misioneras de la iglesia en el siglo XXI.

Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin (Mt 24:14, NBLA).

En 1974, en el congreso de Lausana, Ralph Winter y Donald McGavran introdujeron una nueva expresión en el lenguaje del evangelicalismo y las misiones. Ellos afirmaron que las palabras «todas las naciones» (en griego panta ta ethne), presentes en Mateo 24:14 y 28:19, hacían referencia a los miles de grupos etnolingüísticos que no habían escuchado el evangelio. Aquella vez desafiaron a los misioneros a dejar de pensar en términos de países y comenzar a enfocarse en llegar a los «grupos no alcanzados». 

Los estudiosos de las misiones creen que esta interpretación es peligrosa y, al mismo tiempo, necesaria. ¿Por qué? ¿Qué puede decirnos el alcance a los grupos etnolingüísticos en todo el mundo sobre el avance del evangelio? 

El desafío y la importancia del término «grupos no alcanzados»

Muchos teólogos explican que dicha interpretación de panta ta ethne le impone una definición de la antropología moderna a un concepto que no estaba en los autores originales. El argumento principal es que, cuando Mateo citó las palabras de Jesús, tenía en la mente la expansión del evangelio entre las naciones gentiles, al igual que los judíos, quienes habrían entendido ethne como una categoría religiosa (aquellos que no hacen parte de Israel). 

Pero el problema no solo tiene que ver con la interpretación bíblica. En la práctica actual de las misiones, muchos están enfocados en evangelizar a todos los grupos no alcanzados, con el objetivo de completar la tarea y traer «el fin». El problema es que esta tarea, además de ser imposible —¿cómo alcanzar a los grupos etnolingüísticos que se han extinguido a lo largo de la historia o cuyo idioma desapareció hace siglos? —, puede distraer a los misioneros de llevar a cabo ministerios a largo plazo enfocados en el discipulado o de invertir en lugares estratégicos. 

Sin embargo, a pesar de que existen estos peligros, los «grupos no alcanzados» deberían ser prioritarios para las misiones modernas. Una vez superado el deseo de evangelizar superficialmente a cada grupo, la iglesia debe ver la inmensa y real necesidad que hay del evangelio entre miles de poblaciones y lenguas en la actualidad, para así enviar misioneros que «hagan discípulos» en el largo plazo.

Después de dar luz al término «no alcanzados», veamos el estado actual de dichos grupos. 

El estado actual de los grupos no alcanzados

El Proyecto Josué ha desarrollado un análisis exhaustivo sobre los grupos étnicos en todo el mundo. Para el 2021, se identificaron 17,432 grupos étnicos, que fueron clasificados en tres categorías según el alcance del evangelio en cada uno de ellos.

La primera categoría es «Grupos sin testimonio del evangelio». De los 17,432 grupos étnicos en el mundo, 7,402 son considerados como «sin alcanzar». Esto significa que menos del 2% de su población son creyentes evangélicos. Estos grupos representan una población total de 3.28 mil millones de personas, lo que equivale al 41.5% de la población mundial. En otras palabras, casi la mitad de todas las personas en el mundo no ha sido expuesta al testimonio del evangelio.

La segunda categoría es «Grupos con personas sin evangelizar». Existen 2,960 grupos étnicos que, aunque tienen más del 2% de creyentes evangélicos, todavía cuentan con una cantidad significativa de personas no creyentes. Estos grupos no evangelizados abarcan una población de 819 millones, representando el 10.5% de la población mundial. 

Finalmente, la última categoría es la de «Grupos alcanzados», constituida por 7,070 grupos étnicos han sido alcanzados por el evangelio, con una mayoría de cristianos evangélicos. Estos grupos representan una población total de 3.74 mil millones de personas, lo que constituye el 47.7% de la población mundial.

Estos datos reflejan una inmensa necesidad de las misiones actuales: continuar enviando misioneros que lleven el evangelio a los lugares en donde no hay testimonio de Cristo o donde las personas aún no han sido evangelizadas significativamente. En otras palabras, aún es necesario hacer misiones entre más de la mitad de la población mundial. 

La ventana 10/40

Para continuar con esta labor misionera, es necesario considerar el concepto de la «Ventana 10/40». Se trata de una región geográfica de gran relevancia en los estudios misioneros, que abarca desde África Occidental hasta Asia, situada entre los 10 y 40 grados de latitud norte del ecuador.

Esta área es de particular interés porque alberga a la mayoría de las personas no alcanzadas por el evangelio en el mundo. Según los datos del Proyecto Josué, el 96.3% de las personas no alcanzadas residen en esta región. La población total dentro de la Ventana 10/40 es de aproximadamente 5.22 mil millones de personas, distribuidas en 8,875 grupos étnicos. De estos grupos, 3.16 mil millones de personas no han sido alcanzadas por el evangelio, lo que subraya la importancia estratégica de esta región para los esfuerzos misioneros.

Un desafío significativo que enfrentan los misioneros es que el 60% de los grupos de personas no alcanzadas en la Ventana 10/40 viven en países que están cerrados a los misioneros provenientes de América del Norte (la mayor potencia misionera en la actualidad), lo que dificulta aún más la tarea de llevar el evangelio a estas comunidades.

Una labor internacional y a largo plazo

Pero, aunque la Ventana 10/40 es una región estratégica, no es el único lugar en donde hay grupos no alcanzados: más de 1,000 grupos, que suman más de 82 millones de personas, no se encuentran allí. Esto es muestra de que la labor misionera requiere de un esfuerzo internacional por parte de la iglesia en todo el mundo.

Además, como ya lo mencionamos, se necesitan misioneros que quieran hacer una labor a largo plazo en cada uno de los grupos no alcanzados, y no simplemente una evangelización superficial. Quizás cada iglesia local no tenga la capacidad sino de invertir de forma sólida en algunos grupos a lo largo de muchos años. Con todo, ¿qué pasaría si todos los cristianos asumieran su responsabilidad y se unieran al esfuerzo misionero, ya sea orando, ofrendando, enviando a otros o yendo ellos mismos?

Referencias y bibliografía

Las 3 palabras que cambiaron la estrategia misionera, y por qué podríamos estar equivocados | The Gospel Coalition

Estado de la evangelización mundial 2021 | Proyecto Josué

Panel de Control Global | Proyecto Josué