VIDEO:
PODCAST:
Transcripción:
David Puerto:
Bienvenidos otra vez a este podcast Team Latinoamérica. Este es un espacio donde charlamos con amigos acerca de la misión de Dios, no solo en nuestro continente en nuestro contexto, sino en otros lugares también.
Y el día de hoy tenemos un invitado muy especial, un amigo de corazón: Steven, Steven Morales. Muchas gracias por estar con nosotros aquí en este podcast.
Steven Morales:
— No gracias, gracias a vos por la invitación.
David Puerto:
Sí, para mí es muy especial tenerte, pero especialmente por el tema que vamos a hablar. Vamos a hablar acerca de la iglesia perseguida. Pero antes de entrar en el tema, cuéntanos: ¿quién eres?, ¿qué haces?, ¿a qué te dedicas?, ¿dónde vives? Tengo muchas preguntas.
Steven Morales:
— Bueno, creo que vos ya sabes, pero para los que están viendo: mi nombre es Steven Morales. Soy uno de los pastores en Iglesia Reforma, en Guatemala, la ciudad de Guatemala. Tengo una esposa, tres hijos, y eso es lo más importante.
Pero cuando no estoy en eso, mi trabajo día a día, trabajo con un ministerio que se llama Radical. Trabajando principalmente del lado de contenido, contando historias de lo que el Señor está haciendo con su iglesia global en lugares alrededor del mundo. Particularmente, donde el cristianismo y el evangelio no necesariamente es bienvenido, sino que es difícil, hay obstáculos, retos para la iglesia vivir como iglesia en esos lugares.
Entonces, Radical es un ministerio que se dedica a aumentar la conciencia sobre estos temas, pero también a ayudar a equipar a la iglesia a saber cómo responder ante las necesidades de grupos no alcanzados alrededor del mundo, que aún no han escuchado el evangelio, pero también las necesidades de la iglesia perseguida en lugares donde están sufriendo cualquier tipo de persecución, para ayudarles con las necesidades que tienen. Pueden ser entrenamiento teológico, pueden ser necesidades de plantación de iglesias, pueden ser necesidades más humanitarias en cuanto a necesidades físicas.
Pero dentro de todo eso, nuestra misión realmente es ayudar a que cada creyente pueda seguir su llamado, el llamado que tenemos en Cristo de hacer discípulos tanto en su contexto local como a nivel global, hacia todas las naciones.
Entonces, sí. Entonces yo trabajo del lado de contenido más que nada, ayudando a crear recursos para la iglesia hacia ese fin.
David Puerto:
Yo creo que podríamos tener muchas conversaciones en esta mesa sobre lo que haces, a qué te dedicas. Sé que viajas mucho y nos vas a contar un par de tus experiencias en unos minutos, pero enfoquémonos en el tema de la iglesia perseguida. En noviembre, para aquellos que no saben, noviembre, el primer domingo de noviembre se celebra el Día de Oración Internacional por la Iglesia Perseguida.
Y seguramente este es un esfuerzo de la iglesia global también, de crear conciencia de que en algunos contextos es muy difícil ser creyente. Yo creo que vivimos en un mundo de pluralismo religioso, y esto hace complejo vivir siendo creyente en cualquier parte del mundo. Yo creo que Cristo claramente lo dice en las Escrituras: que los creyentes enfrentarán dificultades y persecución. Ahora, hay grados de persecución. Pero comencemos definiendo: ¿qué es la persecución?, ¿cómo tú definirías la persecución o cómo tú identificarías la iglesia perseguida?
Steven Morales:
— Sí, claro. Pues la expresión así de iglesia perseguida no existe como tal dentro de las Escrituras. Pero Jesús sí declaró con mucha claridad a sus discípulos que ellos serían odiados, por causa de su nombre.
Entonces, lo que eso significa, significa que de algún modo todos los cristianos en cierto sentido van a experimentar algo de, si queremos llamarlo persecución, o van a sufrir a causa de su llamado a seguir a Cristo. Eso no debe sorprendernos si hay resistencia hacia los cristianos y en el mundo encontramos resistencia hacia el evangelio, eso no nos debe sorprender.
Sin embargo, creo que sí hay una diferencia entre vivir en un lugar como Guatemala, donde estamos nosotros, y sentir tal vez que un compañero de trabajo se burle de ti o te haga alguna broma o te haga sentir incómodo porque eres cristiano, o sentirte como: “Estoy en un lugar donde no hay otros cristianos y me siento incómodo”. Eso, a eso no nos referimos necesariamente con persecución.
Cuando hablamos de persecución a nivel global, estamos hablando de, o sea, hay una diferencia entre eso y ir a la cárcel porque tenés una Biblia. Y a mí me gusta la definición de Puertas Abiertas. Puertas Abiertas define la persecución como todo acto de hostilidad que se experimenta como resultado de identificarse con Jesucristo.
Entonces, cuando hablamos sobre la iglesia perseguida, estamos hablando de una iglesia que está experimentando, sufriendo, porque se identifica con Jesucristo. Y esos actos, o sea, lo que ellos están sufriendo muchas veces es una opresión ideológica o violenta, y que están sintiendo esto con más intensidad y con más consistencia.
Entonces, así definiría yo la persecución. Pero diría que eso también existe dentro de un panorama más amplio donde Jesús dice que todos vamos a sentir esa resistencia. No deberíamos sentirnos cómodos en este mundo.
David Puerto:
Claro. Y yo creo que eso se da en diferentes grados, podemos decir. Pero pensar en la iglesia perseguida nos ubica a nosotros aquí en América Latina como lejanos, especialmente a los altos grados de persecución. Como dices, tener una Biblia te pone en riesgo de ir a la cárcel o compartir el evangelio con alguien, o tener literatura cristiana, o buscar escuchar programas cristianos.
Ese tipo de cosas te ponen en riesgo para ir a la cárcel o reunirte con tu comunidad de fe. Y claro, hay iglesias escondidas, secretas, que se reúnen cambiando de dirección, de ubicación. Todo eso hace que el riesgo sea altísimo, elevado.
Ahora, tenemos aquí un mapa, un globo terráqueo. Como que la iglesia en América Latina se siente lejos de la persecución alta de la iglesia. ¿Dónde tú ubicarías, más o menos, que hay muchísima persecución, geográficamente hablando?
Entendemos que aquí en América Latina hay grados de persecución, y, por ejemplo, lugares como México, lugares como Colombia y otros lugares, es donde la religión mayoritaria persigue a la iglesia evangélica. Pero, geográficamente, ¿dónde ubicarías tú los altos índices de persecución y alta persecución?
Steven Morales:
— Sí, pues mira, geográficamente es un tema complejo porque, como dices, no lo podemos dividir tan simplemente por país, decir: “En este país sí, en este país no”. Hay diferentes grados de persecución y diferentes causas de persecución y maneras en que se puede experimentar.
Entonces, debido a eso, o sea, países son complejos, gobiernos son complejos. O sea, hay muchos grados donde no solo… Tú lo has visto con muchas diferentes organizaciones que se enfocan en las misiones. A veces solo quisiéramos poder poner un mapa, decir: “Miren, estos son los lugares que sí y que no”. No es tan simple como parece.
Sin embargo, sí podemos ver en los lugares donde es más intenso y donde, de manera más consistente, ha existido la persecución. Yo diría el norte de África, el centro, el este y el sureste de Asia, en particular, serían los lugares donde más sentiríamos eso.
Entonces, el Medio Oriente. Ah, entonces, para tirar unos países. Ah, y recomiendo también ver Puertas Abiertas, ellos tienen una lista de países donde existe más persecución. Y arribita siempre está Corea del Norte, Afganistán, Yemen, China, India. Bueno, India es un lugar súper enorme con un montón de gente, un montón de diferentes estados. Hay lugares donde sí, hay lugares donde no. Incluso en muchos lugares en Asia es así.
David Puerto:
Es interesante, Steven. Perdón que te interrumpa, pero Team está enviando obreros de una región de India que se llama Nagaland, y está enviando obreros de Nagaland, nacionales, para alcanzar otros lugares sin testimonio del evangelio. Entonces, India tiene una enorme diversidad.
— Pero, por supuesto, en general podemos decir que no solo la iglesia evangélica es perseguida, otras religiones son perseguidas dentro del mismo país.
Y aquí está mi otra pregunta: ¿Cuáles son los elementos que hacen que la iglesia sea perseguida?
Steven Morales:
— Pues creo que la persecución, o sea, antes de responder, se puede ver de diferentes maneras. Lo mencionamos hace un minuto. A veces puede ser no estructurada, ocasional, esporádica. En otros casos puede ser un esfuerzo súper intencional y continuo por parte de un gobierno o por otros grupos religiosos que están haciendo todo lo posible para eliminar y terminar con cualquier presencia de evangelio en un lugar.
Puede ser algo promovido por un gobierno o no. O puede ser promovido por un grupo religioso dentro de un país que no necesariamente representa el gobierno o el país como tal, pero es un grupo extremista. Puede sentirse como presión social o comunitaria, o puede ser algo totalmente ilegal. Entonces, hay diferentes grados donde la persecución… Creo que el punto al que voy es que la persecución no es igual en todos los lugares, puede lucir de maneras distintas.
Sin embargo, creo que es importante entender que todas estas cosas presentan una realidad espiritual en la que vivimos en este mundo. Estamos viviendo en un mundo de tinieblas, donde no solamente se trata de enviar misioneros, encender una luz y decir: “Bueno, ahora hay un misionero aquí, ya alzamos este país, o ya hay evangelio en este lugar”. No es que simplemente no hemos llegado a esos lugares aún o donde hay, o sea, donde hay grupos no alcanzados, por ejemplo.
Pero hay fuerzas en este mundo que están haciendo todo lo posible para no solamente resistir, sino atacar y destruir cualquier fuerza cristiana o cualquier presencia cristiana en este mundo. Entonces, no estamos simplemente así. No es un tema pasivo. No es un tema donde solo podemos decir: “Bueno, es que ahí vamos a llegar, pero todavía no”. Digamos, “no hay suficientes cristianos. Si hubieran más cristianos…” No. Hay fuerzas que están operando en contra. No es que necesitamos más misioneros, o sea, también hay fuerzas que están operando en contra de las misiones. Esa es la realidad.
Y eso puede lucir de tantas diferentes maneras. O sea, yo pienso en Mateo 5, donde Jesús dice: “Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de Dios”. Y también Jesús nos dice: “Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de ustedes”.
Jesús, aquí vemos que, bueno, y de esto se trata el evangelio, es que el camino hacia la paz, hacia… O sea, el evangelio requiere conflicto, y estamos en un mundo lleno de conflicto. El punto culminante del evangelio es el conflicto entre Jesús y los líderes religiosos, tanto como los romanos. Pero de mayor manera hay un conflicto espiritual con el príncipe de este mundo.
Entonces, quiero ser claro que cuando hablamos de la persecución no solo estamos hablando de que hay gobiernos y líderes religiosos y grupos religiosos que no piensan lo mismo. No. Hay fuerzas en este mundo, fuerzas espirituales que están obrando y atacando cualquier obra misionera en su contexto.
Y Pablo hasta dice que Jesús hizo, por medio de su sangre, por medio de la sangre de su cruz, que hizo paz. Por medio de su sangre.
Entonces, yo veo en el mismo evangelio cuando pienso en todos estos lugares donde hay conflictos, que Jesús estuvo dispuesto a entrar a un conflicto por nosotros, a entrar a este mundo, a pelear esta batalla contra el pecado, a través de su muerte, a través de su sacrificio. Y que eso, lo que nuestra salvación requirió. Que Jesús estuvo dispuesto a entrar a ese conflicto y a entrar a esa batalla. Y el llamado cristiano, el llamado hacia el discipulado, es muy similar.
Obviamente luce diferente en diferentes lugares. Pero, aunque no somos los salvadores de nadie, predicar las buenas nuevas requiere una disposición a entrar a espacios donde deberíamos esperar el conflicto. No buscarlo necesariamente. No estamos ahí para hacer conflictos, pero sí realmente… O sea, Jesús nos promete que si realmente predicamos el evangelio y reflejamos su luz en este mundo, esa resistencia nos va a encontrar.
Entonces, sí. O sea, ¿por qué existen estas cosas?, ¿por qué existe la persecución? Porque estamos proclamando un mensaje que este mundo no quiere escuchar. Y va a hacer todo lo que pueda hacer para no escucharlo.
David Puerto:
— Qué importante ese elemento que va en primer lugar. Más que una religión o un gobierno o un grupo de personas que no le gustan los creyentes, hay fuerzas espirituales en el escenario cósmico, una guerra que va más allá de preferencias religiosas o también no solo preferencias religiosas, sino filosofías humanas.
Y yo creo que es tan importante ese tema que estás trayendo, Steven, porque nos pone a nosotros en el lugar correcto. Y Pablo habla de la lucha espiritual constantemente en sus cartas. Y Jesucristo vino también para liberar, para traer libertad.
Y ahora, mientras te escuchaba, vino a mi mente ese pasaje de 2 Corintios 4, que dice que: “El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo”.
Ah, y la persecución también tiene que ver con ceguera espiritual, ceguera a la luz del evangelio. Y ese elemento espiritual está por encima de todos los otros elementos que incluye la persecución.
Y yo creo que por eso es tan importante que, como creyentes, oremos por la iglesia perseguida. Vamos a llegar a eso en un momento. Porque seguramente algunos nos estarán preguntando: ¿Oramos para que se termine la persecución? ¿Oramos por fortaleza? ¿Oramos por qué oramos, por los hermanos que están sufriendo persecución alrededor del mundo?
Ah, piensas en otros elementos, Steven, en otras cosas que hacen a la iglesia perseguida un blanco del enemigo.
Steven Morales:
— Pues, o sea, con el evangelio… Bueno, tú estabas hablando de identidad religiosa. Para muchos de estos lugares que tú apuntabas en el mapa, si estamos viendo aquí Asia y África, por ejemplo, hay muchos lugares donde tu identidad religiosa es tu identidad. O sea, es tu identidad por completa.
O sea, en estos países, si naces musulmán, pues, o sea, sos musulmán desde nacimiento. No es algo que tú decides, no es que… En muchos de estos lugares no es que haya un pluralismo totalmente abierto, una libertad de expresión o una libertad de religión. Estas cosas no existen en estos países.
Entonces, lo que tú crees acerca de Dios define toda tu vida. Define tu vida en familia, tu vida en comunidad, tu trabajo, tu posición dentro del gobierno político, como ciudadano de ese país.
Entonces, en particular en lugares donde existe persecución que viene de parte de un gobierno, no es que les importe tanto… No es que sea simplemente un tema de: “No queremos que tengan la cosmovisión o teología correcta”, según ellos. Estos grupos están tratando de recolectar y amontonar poder. Ellos quieren poder en su país e influencia.
Entonces, si de repente empiezan a entrar cristianos y empiezan a proclamar diferente mensaje, y el evangelio empieza a transformar la manera en que no solamente… Bueno, ahora creo en el evangelio. Pero eso no, toda tu vida cambia. La manera en que entiendes la crianza, la manera en que entiendes la dignidad humana de una mujer, por ejemplo, y cómo vive a la luz de todas esas cosas. Afecta tu vida por completo.
— Yo pienso en un amigo. Él vivió en Irán. Ahora está como refugiado en Canadá, pero cuando él se hizo creyente, estuvo súper apasionado por el evangelio viviendo en Irán y salía a compartir el evangelio en las calles. Y cuando regresaba a su casa, la policía lo esperaba. Y esto pasó más de una vez. Lo esperaban, lo encarcelaban, lo tiraban en la cárcel.
En muchos de estos lugares, lo que hacen los gobiernos es que no necesariamente quieren matar a la persona, porque hay que rendir cuentas hasta cierto punto dentro del gobierno de por qué se trató a esta persona de esta manera. Pero quieren hacerle la vida imposible. Entonces, si van a visitar a su familia… Este cuate iba a visitar a su familia y regresaba a su casa, y la policía llegaba donde la familia y básicamente les hacía la vida imposible. “¿Por qué ustedes son cristianos? ¿Esta es una iglesia? No sé qué”.
Y hasta tal punto hacían eso con todos los miembros de la familia de este chavo que finalmente la familia le dijo: “Mira, te queremos y todo, pero ya no nos visites. Ya no vengas a la casa. Yo tengo hijos y yo no quiero estos problemas”. Ahora esta persona, aunque su familia todavía vive, pues, no tiene esa relación familiar. Por el bien de su propia familia, ya no puede reunirse con ellos.
Después llega a la universidad. El gobierno ya sabe que él es cristiano, entonces… Y las universidades están controladas por el gobierno también, por el Ministerio de Educación. Llega y de repente le dicen: “No, usted no es estudiante aquí. Aquí no hay récord de que usted haya sido estudiante aquí”. Y todo el trabajo que él había hecho los tres años anteriores, borrados. No hay ningún récord de que él fue estudiante en esa universidad. Entonces, toda su educación, o sea, él no puede avanzar, no puede crecer como persona, no puede buscar educación para él o para su familia, porque todas esas puertas se le han cerrado.
Entonces, su carrera universitaria desapareció. Tenía un negocio, contrató a un señor. Empezó a compartir el evangelio con ese señor, que ese señor era un espía del gobierno. Y un día, cuando llegó a su negocio, habían cambiado los candados. Le habían dicho que había como un póster o una carta que decía que le habían cerrado el negocio. Fue con el gobierno a ver qué onda, ese negocio ya no estaba a su nombre, sino al nombre del cuate que había contratado.
¿Cómo puede uno vivir en esa realidad? En ese mundo donde no necesariamente le quitaron la vida, aunque sí lo habían echado a la cárcel varias veces. Pero le hicieron la vida imposible. Uno no puede vivir en eso. No puede ganar dinero, no puede recibir una educación, no puede tener una vida en comunidad, en familia. Y, eventualmente, tuvo que irse.
Cuando hablamos de persecución, yo pienso en estas circunstancias donde alguien que aceptó el evangelio tuvo que aceptar también el rechazo de todo su país. Imagina que tu país te rechace. Que tu familia te rechace, que todos los que conoces te rechacen, que tu universidad te rechace, que tus colegas a nivel laboral te rechacen. Es un rechazo completo. Porque creer en el evangelio no es una decisión… No es solo un área de tu vida, como muchas veces lo tratamos de este lado del mundo, como: “Bueno, sí, yo soy cristiano. Yo soy esto. Cada quien puede creer lo que crea y vivir su vida tranquilo”. No. Es una decisión que cambia tu identidad por completo, y no puedes operar dentro de esa sociedad de la misma manera.
Entonces, sí. A eso me refiero más que nada. Que la persecución se ve de tantas distintas maneras. Muchas veces una misma persona puede experimentar persecución de cinco o seis diferentes maneras, sin necesariamente ser que te maten o que te echen a la cárcel. Aunque eso es una realidad también.
David Puerto:
Yo creo que vamos a tener que invitarte otra vez al podcast porque hemos usado todo este episodio para describir un poco los elementos. No solo la definición, sino los elementos que hacen a la iglesia perseguida ser perseguida en contextos de alta persecución.
Pero, a manera de resumen, ¿qué le dirías a hermanos y hermanas que viven en entornos donde mayormente no hay persecución religiosa? ¿Qué ánimo les das? ¿Cómo les exhortas a vivir también?
Steven Morales:
— Pues yo les repetiría la exhortación del autor de Hebreos. En Hebreos 13, la Escritura nos exhorta a recordar a los presos como si estuviéramos presos con ellos y a los maltratados como si nosotros mismos fuéramos maltratados.
Yo entiendo que la palabra aquí de “recordar” significa más que simplemente traer algo a la mente o pensar en ellos de vez en cuando, o cuando sea el mes de misiones o el Día de la Iglesia Perseguida, el domingo de la iglesia perseguida. Aquí este acto de recordar sí se refiere más a atender a sus necesidades a través de la oración, a través de nuestras ofrendas, a través de nuestro apoyo misionero. Sea eso enviando a misioneros, apoyando a misioneros de otros países que puedan entrar a esos lugares.
De esa manera, realmente vivir a un nivel global, con una perspectiva tal vez más amplia de lo que significa atender a los más pequeños entre nosotros, a nuestros hermanos en la fe que necesitan nuestras oraciones, necesitan los recursos que podemos ofrecer porque ellos están sufriendo por causa del mismo evangelio en el que creemos nosotros.
Entonces, si yo sé que mi hermano está en la cárcel o que mi hermano está sufriendo por causa de que seamos hermanos, porque por causa del vínculo que tenemos en común, ¿cómo no voy a hacer algo, hacer todo lo que yo pueda para ofrecerles ese apoyo? Entonces, sí, Hebreos 13, hermano: recordar a los que están presos como si, y a los maltratados como si nosotros estuviéramos presos también.
David Puerto:
Muchas gracias, Steven, por compartir con nosotros desde tu corazón. Y seguramente, en un próximo episodio, te vamos a preguntar un poco más por tus experiencias con hermanos y hermanas de la iglesia perseguida.
Y a ustedes que han escuchado este podcast, vamos a dejar en la descripción un artículo en TeamLatam.org que te ayuda como guía, como patrón, para orar por tus hermanos y hermanas de la iglesia perseguida.
Muchas gracias por estar con nosotros y nos vemos en un próximo episodio.