VIDEO:
PODCAST:
Transcripción:
David Puerto:
Bienvenidos a Team Latinoamérica. Este es un espacio donde charlamos con amigos acerca de la misión de Dios. Te saluda David Puerto, tu anfitrión desde la ciudad de Guatemala, y es un privilegio tener hoy con nosotros a Obed Cruz. Obed Cruz, gracias por estar en este episodio para Team Latinoamérica. Team es una agencia misionera que acompaña y envía obreros de todas las naciones a todas las naciones. Así que esta es una mesa donde charlamos acerca de estos temas, y hoy vamos a hablar contigo acerca del mentoreo y de su importancia para la vida cristiana, pero también para el envío misionero transcultural. Bienvenido, Obed. Gracias por estar con nosotros.
Obed Cruz:
— Gracias, es un honor estar en los micrófonos de Team Latinoamérica. Muchas gracias por la oportunidad.
David Puerto:
Gracias, Obed. Antes de entrar al tema, nos gustaría que nos contaras un poco de ti, tu historia, quién eres. ¿Estás casado, tienes hijos? Cuéntanos un poco de ti, Obed, de dónde eres también, porque en esta mesa recibimos invitados de otras naciones y queremos saber un poco de ti, hermano.
Obed Cruz:
— Bueno, muchas gracias. Yo soy guatemalteco, nacido en esta tierra maya, hijo de pastores. Comencé mi caminar en el mundo de las misiones a los 22 años, hace 40 años. Ya puedes saber mi edad. Ha sido un privilegio y un honor que el Señor me haya abierto la oportunidad de involucrarme en este mundo de las misiones. Siempre aprendiendo; no me considero un experto en nada, simplemente se han dado las oportunidades, el Señor ha abierto puertas, y en eso he caminado. He estudiado un poco en el seminario, sacando algún título teológico, y también en escuelas misioneras. He sido misionero especialmente en España, junto con mi esposa Juani, que es de Ecuador, y juntos hemos servido los últimos 20 años. Dios nos ha permitido trabajar en el envío de misioneros latinoamericanos hacia otras partes del mundo, especialmente al mundo no alcanzado. Ese es nuestro enfoque. Últimamente estamos trabajando en un curso que se llama Sanando las heridas del corazón, especialmente mi esposa. En mi caso, he trabajado con pastores, caminando con ellos, y en el mentoreo, que es donde entra el tema de este episodio.
David Puerto:
Gracias, Obed. Qué bueno conocerte un poco más. No quiero pasar por alto que tienes un hijo, Christian.
Obed Cruz:
— Sí, tengo un hijo, Christian, de 23 años. Está a punto de terminar su maestría en la universidad y también estudiando en el seminario.
David Puerto:
¡Qué buenísimo! Nos alegra conocer un poco más de tu historia y tu trasfondo. Yo creo que eso nos da un contexto para el tema de hoy: el mentoreo.
Comencemos poniéndonos en la misma página. ¿Qué es el mentoreo, Obed? ¿Cómo lo definirías?
Obed Cruz:
— Muy bien. Leí un poco y hay muchas definiciones, pero creo que el mentoreo es más que nada una conversación intencional y continua para provocar cambios en la manera de pensar. Básicamente, es un cambio en la forma de pensamiento de una persona que quiere aprender.
David Puerto:
Podemos utilizar la imagen de rebotar pensamientos en otra persona, como en un juego de tenis o tirando una pelota a la pared. Estamos conversando, pero al mismo tiempo, esto está siendo retroalimentado por alguien más.
Obed Cruz:
No es una persona que enseña ni es una conferencia. No propone ideas ni sugiere. El trabajo del mentor es que, a través de preguntas, el mentorado saque de sí mismo los objetivos en los que quiere renovar su pensamiento o superar algún obstáculo. La idea es provocar crecimiento y desarrollo personal en quien lo está solicitando.
David Puerto:
Entonces, ¿nos podrías decir que mentoreo es lo mismo que discipulado cristiano, o es diferente?
Obed Cruz:
— Es totalmente diferente. El discipulado va inclinado específicamente al área espiritual, donde el maestro enseña, modela, recurre a citas y a su experiencia; viene a ser un ejemplo en las disciplinas espirituales. Bíblicamente, el discípulo sigue ese modelo, como los discípulos de Jesús siguieron el modelo de Jesús. En cambio, en el mentoreo, el mentor es quien escucha, en una proporción que podríamos poner como 80-20. El objetivo del mentor no es compartir su vida o experiencias, sino escuchar y usar la sabiduría del Espíritu Santo para guiar el crecimiento de la persona en áreas que necesite desarrollar. Esa es la gran diferencia entre discipulado y mentoreo.
David Puerto:
Nos ayuda mucho a aclarar el contexto del tema de hoy. Ahora, el discipulado cristiano es indispensable para todos los que nos llamamos hijos de Dios. ¿Pero el mentoreo? ¿Por qué es importante que todos seamos mentorados en algún momento de nuestras vidas? ¿Por qué crees, Obed, que es importante?
Obed Cruz:
— Necesitamos entender que todos necesitamos aprender, desaprender y reaprender. Si hay una persona que cree saberlo todo, está muy bien preparada para un mundo que ya no existe. El mundo es dinámico y cambiante. Lo que yo sabía antes aplicaba para mi momento, pero hoy necesito saber las nuevas corrientes de pensamiento y cómo adaptarme. Las misiones han cambiado. La misión de Dios sigue siendo rescatar a su creación, pero el método ya no es el mismo. Por ejemplo, la migración ha traído cambios en las naciones, y no solo en lugares geográficos, sino en pensamientos. El líder, el siervo, el misionero, el pastor que no está atento a estos cambios predica un mensaje anacrónico. Por eso es importantísimo que cada persona, especialmente los llamados al ministerio misionero, sea mentorada.
David Puerto:
¿Qué dice la Biblia sobre el mentoreo? ¿Habrá algún ejemplo bíblico?
Obed Cruz:
— Sí, veo ejemplos en la Biblia, como cuando Moisés recibe el consejo de su suegro, Jetro, para delegar responsabilidades. Otro ejemplo es el Espíritu Santo, cuyo rol en Juan 14 es enseñarnos y recordarnos. El Espíritu Santo acompaña constantemente, y un misionero necesita esa guía a diario, ya que no es un proceso temporal. Cuando entregamos nuestra vida a Cristo, Él guía nuestros cambios de pensamiento y usa a otros para ayudarnos en este crecimiento. Jesucristo también hacía preguntas a sus discípulos, invitándolos a reflexionar. Ese proceso transformador se puede ver en la historia de la humanidad y cómo Jesús impactó a sus discípulos, personas sencillas que dedicaron sus vidas a seguirlo. Otro ejemplo que no podemos dejar de mencionar es el apóstol Pablo, quien también jugaba un rol de maestro y mentor, y esto generó un impacto en muchas generaciones hasta nuestros días.
David Puerto:
Muchas veces necesitamos crecer en áreas específicas, pero no sabemos cómo buscar ayuda. ¿Qué recomendaciones le darías a alguien para encontrar un mentor?
Obed Cruz:
— Creo que hay pasos básicos a considerar. Uno de ellos es la humildad y ser consciente de que no lo sé todo. Otro es ser vulnerable, reconocer quién soy y aceptar que necesito desarrollarme. Hablo también de aspectos de carácter, de confrontarnos a nosotros mismos. Puede que tengamos crisis existenciales o áreas en nuestro carácter que no son cristocéntricas. Es importante ser consciente de estos aspectos para buscar ayuda en las áreas en las que necesitamos crecer.
David Puerto:
¿Y qué ideas puedes darles a quienes están en una posición de liderazgo y desean ser buenos mentores?
Obed Cruz:
— Tanto el candidato a mentor como quien desea ser mentorado deben depender del Espíritu Santo y ser conscientes de sus limitaciones. No es suficiente con haber tenido experiencia en el campo misionero o con ocupar un puesto; es necesario tener un carácter cristiano y estar dispuesto a servir en las áreas en las que uno puede ayudar. También es importante que el mentor tenga un testimonio de vida que inspire y refleje un compromiso auténtico.
David Puerto:
Muchísimas gracias, Obed, por compartir estos pensamientos. Yo creo que va a ser de bendición para todos reflexionar en nuestra propia vida y en las áreas donde queremos crecer. Este ha sido otro episodio de Team Latinoamérica, y los esperamos con más contenido y más conversaciones con amigos acerca de la misión de Dios. ¡Que el Señor les bendiga!