VIDEO:
PODCAST:
Transcripción:
David Puerto:
Hola nuevamente, y bienvenidos a este espacio de TEAM Misiones América Latina.
Y esta mesa nos sirve, nos funciona para reunirnos con amigos alrededor de un tema que es la misión de Dios. Nos encanta hablar de la misión de Dios, lo que Dios está haciendo entre las naciones.
Y para eso, hoy tenemos una invitada muy especial: Susan. Tenemos varios años ya de conocernos. Bienvenida.
Susan Potter:
Gracias, David.
David Puerto:
Sí, es un privilegio realmente tenerte aquí con nosotros. Y presentarte a la audiencia es muy bueno para mí, de mucho gozo.
Pero cuéntanos, ¿de dónde eres y qué haces aquí en América Latina?
Susan Potter:
Pues soy Susan como dice y soy de Inglaterra, pero he vivido aquí en Guatemala por 17 años ahora.
David Puerto:
Wow mucho.
Susan Potter:
Sí. Yo crecí en Inglaterra, en un pueblo pequeño, una aldea realmente, con una iglesia. Pero sentí, desde la edad de, no sé, 12 o 13, un llamado a las misiones.
Entonces fue… eso fue muy fuerte para mí en mi juventud. Entonces leí un montón de libros de los pioneros misioneros y todo eso. Fui a conferencias. Y después de eso, entonces, con el pasar del tiempo, yo reconocí que Dios estaba llamándome a América Latina. Mis estudios de universidad fueron acerca de América Latina también, y pasé algunas experiencias de corto plazo en Bolivia, en Argentina, en Perú.
Y, al final, cuando estaba llegando a la decisión de venir, o reconocer el tiempo de Dios en venir como un misionero a largo plazo, fue por algunas oportunidades aquí en Guatemala.
Entonces, así llegué aquí a Guatemala.
David Puerto:
Y tienes 17 años, dijiste, viviendo aquí en Guatemala.
¿Has aprendido el español en los diferentes lugares donde has estado, o más te concentraste en aprenderlo aquí en Guatemala, cuando viniste a largo plazo?
Susan Potter:
Pues fue parte de mi carrera de universidad, pues, de aprender español también. Pero entonces, eso fue como 10 años antes de venir aquí a Guatemala.
Pero el idioma siempre ha sido un desafío para mí. Nunca fue una cosa natural o eso. Entonces yo siempre digo: sigo aprendiendo. Nunca he terminado esta clase de idioma.
David Puerto:
Sí, claro. Leí… leí algo hace un par de días que dice: “Tu acento no te define”, decía. Me llamó mucho la atención eso. Porque al final, que tú estés hablando un idioma con un acento significa que tú estás hablando un idioma que no es tu idioma materno, para comenzar.
Y que, pues, realmente es una gran ventaja hablar otro idioma. Así que muchísimas gracias por, pues, hacer el esfuerzo de aprender el español.
A algunas personas no se nos da lo de los idiomas. Yo tengo conocidos que hablan cuatro, cinco, seis idiomas y están aprendiendo un séptimo, y ¡wow!, qué increíble. No sé, a mí me cuesta muchísimo.
Susan Potter:
Sí.
David Puerto:
Pero… pero me alegra conocer personas que se han involucrado en la cultura y también han amado el idioma también, así como tú.
Bueno, ¿y actualmente a qué te dedicas?, ¿cuál es tu rol?
Susan Potter:
Sí. Ahora soy la líder internacional de Latin Link, y Latin Link es una agencia internacional con enfoque en América Latina y los latinos.
Estoy aquí. Mi trabajo es apoyar las diferentes entidades de Latin Link en diferentes países y ver cómo podemos seguir apoyando a la Iglesia latina en su misión en el mundo.
David Puerto:
Muy bien. Entonces Latin Link envía misioneros de Inglaterra o de diferentes partes del mundo a América Latina.
Pero también, como hemos conversado antes en otros momentos, Latin Link también envía misioneros de América Latina a otras partes del mundo.
Susan Potter:
Exacto.
David Puerto:
¿Hace cuánto tiempo comenzó Latin Link a hacer eso, verdad? A movilizar y enviar misioneros desde América Latina.
Susan Potter:
Sí, pues siempre ha sido parte de nuestra visión. Nuestra oración de visión o misión es apoyar a la Iglesia latina en su misión en el mundo.
Y podemos entender eso que sí, es en el área local de la Iglesia latina, pero también parte de la misión de la Iglesia latina es ser misioneros y enviar misión.
Entonces, parte de nuestra visión siempre ha sido eso. Pero en la práctica, quizás hace 20 años o 25 años hemos tenido esa parte de enviar misioneros latinos a otros lados.
Y, inicialmente, ha sido solamente a los países donde ya tenemos equipo, entonces mayormente en Europa y otros países de América Latina. Pero también estamos enviando a cualquier lado del mundo también.
David Puerto:
Muy bien. Y ya que estamos hablando de movilización, y que Latin tiene un rol movilizador también en América Latina, ¿qué es la movilización? ¿Cómo lo podrías describir, definir?
Susan Potter:
Pues leí una definición que dice: “Es el proceso de involucrar a personas e iglesias en las misiones”, y eso es bastante útil.
Entonces, es cualquier cosa que podemos hacer para animar, para facilitar o para ayudar a personas, a cristianos o iglesias, en las misiones, y entonces incrementar su involucramiento en las misiones.
Y involucrarse en las misiones no es solamente ir o cruzar una frontera a otro país. Hay mucho más: hay orar, hay facilitar las finanzas, la logística, tantas otras cosas involucradas.
Entonces, es cualquier cosa que podemos hacer para animar y para ayudar a las iglesias a ser involucradas en las misiones globales.
David Puerto:
Bien, entonces eso es como definimos la movilización. Yo recuerdo que cuando yo me gradué del seminario —estudié en un instituto bíblico—, cuando yo me gradué, estaba por graduarme, mis compañeros me decían: “¿Qué vas a hacer?”.
Y entonces yo había comenzado a pensar en la movilización misionera, aunque hace, ¿qué te digo?, 10, 15 años atrás, no era un término que mucho se utilizaba.
Entonces, recuerdo muy bien una conversación donde me dijo: “Bueno, tienes tres opciones: como ser un pastor, ser un maestro de un seminario o ser misionero”.
Entonces yo, pues… es como muy, muy estrecho, esas opciones para un cristiano.
Entonces, comencé a considerar la movilización misionera, y tal como lo describes, es impulsar, mover, movilizar a la iglesia para que participe en la misión global.
Ahora, pensando en nuestro contexto, Susan, y tú que vienes del extranjero, ¿cuáles has visto que han sido algunos desafíos que enfrentamos los que estamos movilizando a la iglesia para ver a una iglesia activa en enviar misioneros transculturales?
Susan Potter:
Sí, sí. Pues yo veo una cosa clave que veo en algunas iglesias —no todas, pero en algunas iglesias—, es que su percepción de ellos mismos es muy limitada.
Entonces, muchas iglesias aquí en América Latina tienen ese sentido, esa percepción o identidad de: “somos las personas que reciben misiones, misioneros, que recibimos ayuda de otras personas o de otros países”, y no “somos las personas”, no “somos los agentes de misiones”.
Entonces, este sentido de identidad limita sus acciones, que quizás no se sienten capaces o no sienten que es su rol.
Y todo eso es basado quizás en una falta en la historia de cómo fueron plantadas las iglesias en América Latina. Pero eso es fácil, en una manera, fácil de corregir o de responder.
Entonces tenemos que estudiar un poco más de lo que la Biblia dice acerca de nuestro rol como cristianos, no solamente de un país o de otro, pero todos los cristianos.
Y yo veo eso: la gran comisión de Mateo 28 es para todos. No es simplemente para algunas personas o algunos países o iglesias que tienen dinero o lo que sea. Es para todos.
Y no es que todos tienen que salir; hay muchas otras maneras de involucrarse. Pero la responsabilidad en sí es para todos.
Entonces, yo veo eso. Nuestro… eso es un obstáculo muy grande, creo, para algunas iglesias que no se vean a ellos mismos como parte de la misión. Entonces, eso es una cosa.
David Puerto:
Sí, interesante. Porque yo creo que sí hemos estado acostumbrados, como… no sé, tal vez para usar una ilustración gráfica, a extender las manos para pedir y recibir.
Pero yo creo que el Señor nos está llamando también, y nos ha llamado, para extender las manos para dar y ser generosos. No solo con recursos, porque eso es una cosa, como dices, es parte de la misión, pero también con recursos humanos, con personas que bendecimos, que enviamos.
Entonces, yo creo que, tal vez resumiendo un poco lo que has dicho, la identidad de la iglesia tiene que ser trabajada como parte activa de la misión global de Dios en todas las naciones.
Muy bien.
Susan Potter:
Y que vemos el potencial en la Iglesia latina. También hay tanta potencial que yo creo que todavía no está cumplido. O sea, no estamos viviendo tanto en el potencial que hay en la Iglesia.
David Puerto:
Entonces ¿tú dirías que no es tanto la falta de recursos, ¿verdad?, o no sé, de dinero o de personas? Que es más esta idea de autopercibirse como parte de la misión.
Susan Potter:
Sí, exacto. Y entender… entender la visión o captar la visión de lo que Dios está haciendo en el mundo, captar este corazón de Dios.
Entonces no nos involucramos en las misiones por causa de… porque hay una necesidad. Eso no es tanto la motivación.
La motivación viene de que las misiones, o lo que Dios está haciendo en el mundo, es su… es su corazón. Él ama a todas las naciones.
Entonces, para nosotros ser parte o reconocer lo que Dios ama, también nosotros podemos involucrarnos en las misiones en todo el mundo.
Entonces no es tanto de nuestros recursos o aún la necesidad. Es más bien nuestra alabanza a Dios, que es un Dios que ama a todas las naciones, todos los pueblos del mundo.
David Puerto:
Ahora mientras te escucho, viene a la memoria ese primer artículo de Perspectivas. Bueno, para los que no saben, Perspectivas es un curso acerca de la misión global, de la misión transcultural. También involucra algunas cosas, pero en todo sentido: local, global, todos.
Pero el primer artículo habla de que nuestro Dios es un Dios misionero, que ama a todas las naciones. Y, por lo tanto, en resumen, el artículo termina diciendo: como Dios es un Dios misionero, su pueblo es un pueblo en misión, su pueblo es un pueblo que participa en la misión.
Por supuesto, eso tiene diferentes formas de aplicarse. Y yo creo que es un buen momento para una siguiente pregunta también.
Susan, ¿qué estrategias o herramientas, hablamos de cambiar este sentido de identidad, sí, como participantes activos de la misión, pero qué estrategias o herramientas son más efectivas para movilizar a la iglesia local?
Susan Potter:
Sí, pues yo voy a mencionar tres. Y afecta diferentes partes de nosotros. Uno es aprender más. Entonces eso es, y como has mencionado ese curso Perspectivas, pero hay otros cursos también, hay otros recursos, materiales para cambiar nuestra mente, para entender mejor lo que la Biblia dice acerca de las misiones.
Entonces, eso es una manera en que Dios puede transformar nuestro… o incrementar nuestro entendimiento de lo que Él está haciendo.
Pero la otra cosa es la oración. Yo pienso que, a través de la oración, Dios cambia nuestros corazones. Entonces, cuando estamos orando para diferentes naciones o otros misioneros, eso cambia a nosotros también.
Y eso, y también eso nos conmueve a la acción. Y eso es la tercera parte: es experiencias que de las misiones nos ayudan a entender más.
Entonces, como en mi historia, yo participé en viajes a corto plazo en mi juventud. Yo pienso que hay muchas oportunidades para la Iglesia latina también de utilizar esas experiencias a corto plazo para entender un poco más cómo es la realidad. Y ese cambia nuestras acciones.
Claro, vamos a cometer errores, vamos a tener dificultades, obstáculos. Pero en este proceso aprendemos.
Entonces, yo veo eso: que podemos aprender más en términos teológicos, intelectuales, pero también podemos cambiar nuestro corazón a través de la oración, y también tener experiencias reales para aprender más.
David Puerto:
Qué interesante lo que mencionas, porque estamos involucrados completamente en eso. Nuestra mente, nuestros pies, nuestras manos.
Susan Potter:
Exacto.
David Puerto:
Y nuestra voz también. Cuando hablas de la oración, viene a mi mente mi propia experiencia de vida.
Porque yo recuerdo muy bien en este seminario en el que estudié, un profesor dio una clase de evangelismo y discipulado. Él es de Filipinas, y nos dijo a la clase las implicaciones del evangelismo y discipulado.
Fue una clase breve, 45 minutos, y yo quedé muy impactado. Fui a su oficina y dije: “Oye, quiero aprender un poco más de esto”.
Y yo recuerdo que él sacó el libro de Operación Mundo. Seguramente lo conoces, pero es un recurso para orar, que se divide por países. Y él lo puso encima de su escritorio y me dijo: “Esta es la forma en que vamos a aprender. Vamos a orar tres veces por semana. Ven con un país seleccionado y selecciona las peticiones, y vamos a orar”.
Entonces, nos comenzamos a reunir tres veces por semana para orar. Y, honestamente, yo creo que eso cambió mucho en mi corazón.
Justo lo que mencionas: que la oración cambia nuestro corazón. Porque la oración no necesariamente cambia lo que Dios va a hacer; la oración nos cambia a nosotros, en la dirección que nuestras vidas toman también.
Y yo creo que ese tema de la oración es importante.
Lo último que mencionas con respecto a experiencias… ¿puedes ampliar un poco más?
¿Qué, por ejemplo, podemos hablar de un viaje de corto plazo dentro, fuera, que cruce culturas?
¿Qué impacto has visto, por ejemplo, en obreros latinos con los que has trabajado en viajes de corto plazo? ¿Qué impacto has visto que estos viajes de corto plazo han tenido en sus vidas?
Susan Potter:
Impactos enormes. Sí, yo veo tantos impactos de estas experiencias.
Es difícil pensar en uno solo, solo algunos. Yo pienso que cambia nuestra experiencia de depender de Dios.
Muchos han dicho que sí, es la primera vez que, cuando están afuera de su zona de confort, afuera de su cultura muy cómoda, tienes que depender de Dios mucho más que en la vida normal.
Entonces personas que han hablado de que están con más pasión para la oración, porque casi como de necesidad, de desesperación, necesitan orar más para ver cómo hacer las cosas.
Pero también ampliar su perspectiva de qué es el mundo, y ver las realidades de otras personas.
Yo pienso que muchas veces tenemos un mundo bastante cerrado en la vida normal: con nuestra familia, con nuestros amigos, con nuestra iglesia. Muy pocas cosas cambian en esta situación.
Pero cuando tenemos una experiencia de otra cultura, con personas que viven de una manera muy diferente, eso nos reta, no solamente para tener más entendimiento o compasión por otros, sino también nos reta a nuestros propios pensamientos, o nuestra propia cultura.
Y nos hace preguntarnos a nosotros mismos: si la manera en que yo estoy viviendo, o mi pensamiento de esa cosa, ¿es correcto?, ¿es bíblico?, ¿o solamente es la cultura que me ha rodeado?
Entonces, nos reta en tantas maneras: de pensar diferente, de ver las cosas de una perspectiva muy diferente.
Entonces, hay un montón de maneras que nos reta, nos cambia. Y yo pienso que también Dios lo usa para llamarnos también. Una experiencia de corto plazo, Dios puede utilizarla para decir: quizás puede ser más a largo plazo para algunas personas.
Y a otros, quizás no es un llamado a largo plazo para estar misionero en otro país. Pero también puede ser que Dios nos llama para un compromiso a largo plazo: a dar, o ahorrar más constantemente para otros que han ido.
David Puerto:
Digamos que quedas comprometido, tal vez, con el lugar al que fuiste, o con alguien que sí va a salir a largo plazo.
Y muchas gracias por esa reflexión, Susan. Yo creo que es importante que ese tipo de conceptos queden en nuestro radar, porque son las maneras en que Dios usa para movilizar su Iglesia también.
Ahora, yendo al tema de la iglesia local, la comunidad de fe en la movilización, ¿cuál es el papel que la iglesia tiene que jugar?
Porque, claro, cuando la iglesia se entiende a sí misma como parte de la misión, entonces, por supuesto, vamos a buscar movilizar a nuestra iglesia, a la familia de la fe de la que somos parte, para que participe en la misión.
¿Cuál es el rol de la iglesia en la movilización?
Susan Potter:
Sí, yo veo… el rol es muy importante. El rol de la iglesia es muy importante.
Yo veo lo que vemos en la Biblia, el ejemplo de Pablo. Fue la iglesia la que, realmente, Dios habló con la iglesia, con los líderes de la iglesia, para decir: enviar a Pablo. No fue Pablo quien él mismo dijo “Yo quiero ir”. Fue al revés.
Y yo veo que hay una responsabilidad con la iglesia local, que deben tener esta oración todo el tiempo: ¿Quién de nuestra congregación Dios está llamando a ir a otro lado?
Y también yo veo una responsabilidad de animar, de acompañar a los que Dios está llamando a una vida misionera.
Yo tuve una experiencia hace años, en mis primeros años en Guatemala. Alguien estaba hablando conmigo y explicando que sentía un llamado a las misiones.
Pero me explicó que había hablado con su pastor, y su pastor dijo: “Pues entonces puedes enseñar en la escuela dominical”.
Y eso fue todo. Y para mí fue muy triste.
Yo no estoy diciendo nada malo de enseñar en la escuela dominical, pero no fue su llamado. Y este pastor, obviamente, no tenía la manera, o quizás la preparación, para animar y poner a esta persona en una posición donde pudiera aprender, y tomar algunos pasos en el camino hacia el servicio misionero.
Entonces, yo veo este rol de pastor muy importante. Pastor, y también la iglesia más amplia: de animar y de acompañar, y de apoyar y seguir apoyando cuando han ido los misioneros.
Seguir este contacto, estos mensajes de ánimo, sus oraciones, y todo eso es muy importante.
David Puerto:
Cada vez que se habla del tema de la misión, participar en las misiones, hay mucho temor en cuanto al tema del dinero.
¿Cómo se puede hacer para superar esa barrera financiera, que muchas veces está en la mente? No tanto… no tanto la barrera financiera está en nuestros bolsillos, sino que está en nuestra mente.
Pero yo pienso que la iglesia latinoamericana está lejos geográficamente de… especialmente de pueblos con menos acceso al evangelio, donde la iglesia es menos visible.
Pero culturalmente estamos más cerca.
Ahora, que estemos lejos geográficamente implica que hay que hacer un sacrificio. Y, pues, el sacrificio no solo es separarnos de nuestra familia, nuestra cultura, nuestro idioma y todo lo natural.
Pero también un sacrificio económico.
Pero, hablando de esta potencial barrera, ¿cómo podemos superarla en América Latina? ¿Qué recomendaciones nos darías?
Susan Potter:
Pues, yo pienso que primeramente hay que cambiar la percepción y no verlo como barrera.
Claro, como dije, estamos lejos de países de más necesidad del evangelio, pero somos muy cercanos al Dios que es dueño de todo en el mundo, todo el dinero en el mundo.
Y eso, hay que poner eso como centro, céntrico en nuestros pensamientos: que si Dios está llamándonos, Él va a proveer.
Y claro, es un desafío, claro, es un factor en cómo podemos avanzar. Pero Dios está llamando.
Entonces, hay que poner esas cosas en perspectiva, si puedo decir así. Y ver eso.
La pregunta más importante es nuestra visión y nuestro llamado. Las finanzas van a venir más tarde, pero si ponemos esas cosas en orden…
Y la otra cosa que yo diría es que, cómo superamos esta barrera, o este obstáculo, este factor financiero… superamos eso juntos.
No es una cosa individual. No es responsabilidad individual del misionero ni de su iglesia de envío.
Es una responsabilidad que podemos compartir entre varias iglesias, varias personas, y juntos hacer el esfuerzo para enviar financieramente a un misionero.
Y yo veo que hay mucho espacio también para la innovación, para la creatividad en cómo levantar fondos o cómo trabajar juntos para superar ese aspecto.
David Puerto:
Y yo creo que un tema que le daría continuidad al aspecto financiero es: ¿habrán otras maneras de ir más que como un misionero tradicional, que va, levanta sus finanzas, y luego es enviado al campo misionero?
¿Cuál ha sido tu experiencia y qué conoces de esto, Susan?
Susan Potter:
Sí, hay otras opciones.
Estamos en un proceso de trabajar con profesionales. Y eso: hay muchos, muchos países del mundo que son cerrados para misioneros tradicionales.
Y hay mucha necesidad para el evangelio, pero que están buscando e invitando a profesionales para ser doctores, o lo que… ingenieros, o lo que sea, en esos países.
Entonces, hay mucha necesidad en ese sentido, y están ofreciendo trabajos con salario y todos los extras que necesitan para una vida en ese país.
Entonces, como misión, nosotros estamos viendo esto como una opción muy buena.
Entonces, capacitar a cristianos que tienen una profesión, a buscar un trabajo, un trabajo pagado en otros países —en Medio Oriente o en otros lados— donde puedan utilizar su profesión y compartir su fe en una forma muy natural, con sus colegas, con sus vecinos.
Y de esta manera, como entrar en el entorno de personas que nunca han escuchado de Jesús. Pero pueden ir con este propósito: de ir, compartir su fe, pero a través de su profesión, a través de un trabajo.
David Puerto:
Bien, entonces, hay otras vías para cumplir, obedecer la misión y ser parte de la misión sin necesariamente salir como obrero transcultural.
Yo creo que, como las iglesias, tenemos que estar tan pendientes de eso, porque es cada vez más común ver personas de América Latina que se mudan a diferentes países, partes del mundo.
Y eso se está dando mucho más a menudo en las generaciones contemporáneas, con esta facilidad de hacerlo.
Y yo creo que es algo también que tenemos que tener presente en la mente.
Y una pregunta para cerrar, Susan, nuestra conversación: ¿podrías compartir alguna historia de ánimo que tú conozcas, de obreros que están en el campo, que han sido enviados y que Dios está usando?
Susan Potter:
Sí. Tenemos varios miembros de nuestra misión, nuestra agencia, que están sirviendo a Dios en diferentes partes.
Uno es una guatemalteca que está sirviendo en una isla no tan lejos de aquí, y allí ella está trabajando con pastores que están en una vida muy difícil por la situación política en ese país.
Entonces, ella está animando, enseñándoles acerca de la consejería, y en esta manera está apoyando una iglesia en una situación muy difícil.
Y otro ejemplo: tenemos algunos misioneros de Argentina que están sirviendo en España, pero en un proyecto que ayuda a los migrantes del norte de África.
La mayoría son musulmanes, y de esta manera, ellos están llevando el evangelio a estas personas, de países que no han escuchado de Jesús, que no tienen acceso para los misioneros.
Pero en España hay una apertura para eso, y los misioneros latinos tienen un impacto en eso.
Y eso es una cosa, otra herramienta, otra manera de hacer misiones: es pensando en la migración.
No solamente en España, pero también yo veo que aquí en Guatemala somos parte del, como corredor de migrantes de América del Sur hacia el Norte.
Y hay migrantes de África, de China, de muchos otros países que están pasando por nuestras iglesias.
Entonces, eso es una oportunidad muy cerca a nosotros, aunque para cruzar barreras culturales, aun cuando están en nuestros vecindarios.
Entonces, es una manera en que podríamos ayudar e involucrarnos en la misión, sin que levantar mucho dinero o enviar personas muy lejos.
Es una oportunidad que Dios nos está dando.
David Puerto:
Sí, qué bueno traer eso a la memoria, porque para participar de la misión tenemos que estar con los ojos abiertos.
Muy probablemente lo tenemos a la puerta de al lado, en nuestro vecindario, pero también en nuestra ciudad.
Y el Señor nos quiere usar también para compartir la esperanza que tenemos cerca de nosotros.
Pues, muchas gracias, Susan, por estar con nosotros.
Esta conversación me ha edificado mucho. Sigo aprendiendo, seguimos aprendiendo, y espero que también la audiencia que ha escuchado esta conversación pueda también recordar estas cosas y que el Señor les pueda usar a ustedes, a sus iglesias, en participar de la misión de Dios, llevando esperanza —la esperanza que tiene el evangelio, que tiene el Señor Jesucristo—, especialmente a aquellos pueblos y aquellos lugares donde hay menos testimonio de esta esperanza.
Así que, si quieres más recursos, puedes acceder al enlace que está en la descripción de este video, o también acceder a este código QR que ves en la pantalla, y nosotros estaremos comunicándonos contigo para darte más información y estar más en contacto, para saber qué hacer, cómo hacer y cómo participar de la misión de Dios en todas las naciones.
Así que, nos vemos en una futura entrega. Que el Señor les bendiga.