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DAVID PUERTO
Hola, ¿qué tal? Les saluda David Puerto y soy parte del equipo de movilización de TEAM TEAM Latinoamérica. Team es una agencia misionera que acompaña y sirve a la iglesia global en el envío de misioneros en diferentes partes del mundo, pero especialmente aquí en América Latina.
Queremos acompañar y servir a la Iglesia Latinoamericana para participar en la obra de Dios en todas las naciones. Así que muy feliz de compartir este espacio con ustedes.
Este espacio es para reunirnos con amigos en una mesa como esta y conversar acerca de la misión de Dios. Como pueblo de Dios, somos un pueblo misionero, un pueblo que participa en la misión. Así que de esos temas hablamos acá.
Y como en otros episodios hemos tenido invitados, hoy tenemos una invitada muy especial. Juany, gracias por estar con nosotros y bienvenida a este espacio.
JUANY CRUZ
Gracias, David.
DAVID PUERTO
Pues, como nuestra audiencia sabe —y bueno, tú también—, tu esposo estuvo aquí con nosotros en esta misma mesa hablándonos acerca del mentoreo y las misiones, de por qué es importante ser acompañados. Y este discipulado amplio que necesitamos como hijos de Dios y, pensando también en salir al campo misionero.
Así que tenemos el privilegio de tenerte a ti ahora con nosotros para hablar de un tema muy importante a la hora de pensar en enviar obreros transculturales, que es el cuidado integral del misionero.
Pero antes de entrar a ese tema, nos gustaría saber de ti: ¿a qué te dedicas? Cuéntanos un poco de tu familia, de tu ministerio, de tu trasfondo también.
JUANY CRUZ
Gracias, David. Bueno, mi nombre completo es Juany Vintimilla de Cruz. Yo soy de Ecuador y estoy casada con Obet Cruz, que, como mencionaste, ya estuvo aquí y compartiendo acerca de la misión también. Tenemos un hijo de 24 años, próximo a casarse, así que pronto tendremos dos hijos.
DAVID PUERTO
—¡Felicidades!
JUANY CRUZ
—Gracias.
Y bueno, yo vine a Guatemala después de un proceso en el que Dios me llevó primero a los Estados Unidos, donde lo pude conocer de manera personal. Y al estar allá, yo experimenté todas las sensaciones, las emociones que pasa un misionero sin saberlo. Añoraba, extrañaba, comparaba, lloraba, decía: “¿Qué estoy haciendo aquí?” Y no había nadie que me ayudara. Y claro, ya cuando vine acá ya había experimentado un poco, entonces ya no fue tan fuerte ese shock que tuve.
Junto con Obed fuimos invitados a servir con la Misión Cristiana Europea en España, y allá ya para mí fue mucho más fácil ese proceso de adaptación. Sin embargo, para Obed no, porque era la primera vez que salía del país. Al regresar nos unimos a la Sociedad Internacional Misionera, de la cual él fue el director y yo trabajé en el envío de misioneros en todo ese proceso por 15 años. Y ahí aprendí a dar el cuidado integral que necesita un misionero y que yo misma hubiera necesitado en ese momento.
Y actualmente tengo una maestría en consejería bíblica que la uso muy bien para asesorar a misioneros y a otras personas. Y también trabajo en el ministerio de sanar las heridas del corazón.
DAVID PUERTO
Nos gustaría que más adelante nos contaras un poquito de qué se trata Sanando las Heridas del Corazón, y vamos a estar hablando de eso en la preparación de candidatos para salir al campo misionero.
Pero antes de llegar ahí, cuéntanos un poquito: ¿qué es el cuidado integral del misionero? Es un tema que se ha desarrollado a lo largo de los años. Pero, ¿qué necesitamos saber? ¿Cuáles son las cosas esenciales que necesitamos saber de qué es el cuidado integral del misionero?
JUANY CRUZ
Bueno, el cuidado integral del misionero es un acompañamiento que se le da a una persona que ha sido llamada por el Señor para servir en el campo transcultural, en el campo misionero. Y este es integral.
Quiero mencionar un libro que para mí es muy importante, que justamente se llama Cuidado Integral del Misionero, de Kelly O’Donnell, y él habla de círculos concéntricos. Entonces me gusta mucho la imagen que él presenta porque, en primer lugar, representa a Dios en el círculo central, o él dice “el cuidado del Maestro”. Realmente no podemos hacer nada si no es con la guía del Señor, y con la aprobación y con la certeza de que Él nos está sosteniendo.
Después, sigue alargándose o extendiéndose ese círculo y ya habla del cuidado personal, que también es muy importante. He encontrado personas que a veces, antes de pensar: “Bueno, el Señor me llamó, voy a ir… ¿quién me va a cuidar?” Entonces tenemos que entender que primero es Dios, y después nosotros. Y hay muchas formas de autocuidado.
Como decía, es integral, y ese círculo se va ampliando. Y ahí es cuando entra ya la iglesia local, la iglesia enviadora. Un misionero es alguien que es enviado, es alguien que es probado, y es alguien que tiene el apoyo de su iglesia para salir.
Conocí un caso de una persona que se fue al extranjero, se casó con alguien del extranjero, y fueron a su país. Y ella en sus redes sociales puso que cómo es posible que hablen de cuidado del misionero, que dónde están las agencias. Y realmente no era lo apropiado, porque ella no salió enviada por su iglesia.
Entonces, es muy importante entender el papel de la iglesia local, que le va a apoyar en el área emocional, en el área espiritual. Conoce a su miembro y le respalda en su salida. Pero además, existe el siguiente cuidado, que es de la agencia misionera.
¿Por qué van creciendo estos círculos? Porque la iglesia no se va a encargar de buscarle un lugar, sino que la agencia misionera ya sabe en qué lugares puede ministrar. Además, la agencia misionera entiende todos los trámites legales, migratorios.
Y ahí entran dos lugares en juego, o dos equipos en juego: uno es de la agencia local que le está enviando, que le prepara —que es lo que yo decía en un principio—: si a mí me hubieran dicho: “Mira, vas a extrañar la comida, el idioma, aunque entiendas o hables, te va a costar. Las costumbres no son las mismas.”
DAVID PUERTO
Hay un concepto de choque cultural. Y cuando uno lo vive, uno lo comprende, pero obviamente uno puede prepararse anticipadamente, y ahí es donde está el rol de la entidad que envía.
JUANY CRUZ
—Exacto.
DAVID PUERTO
—¿Cuál era el segundo que ibas a mencionar?
—La entidad que envía.
JUANY CRUZ
Y también el campo que recibe. Normalmente, nosotros —mencioné que trabajamos con SIM, la Sociedad Internacional Misionera— tenemos equipos en el campo. Entonces, hay un equipo que recibe al misionero y le explica dónde comprar, a qué hora salir, a qué hora no salir, qué comida hay, qué comida no hay. Y nosotros, como latinos, como que necesitamos más que un occidental, porque nosotros somos más comunitarios, y a veces también la soledad nos puede afectar más que a gente de otra cultura.
Entonces, un equipo recibe y abraza al misionero y le va explicando cómo funcionan las cosas en ese país, y eso facilita que el misionero se quede en el campo. Realmente, el interés del cuidado integral del misionero es que el misionero sea efectivo en su lugar de servicio, y que dure por mucho tiempo, y que no se regrese lastimado, que no se regrese enojado no solo con el campo, con la gente, con la iglesia y hasta con Dios.
Y quisiera terminar con esos círculos que estaba mencionando. Hay otro: el cuidado profesional o especializado. En ocasiones, la persona va a necesitar algún tipo de atención ya más especializada, tal vez algún problema que no trató —problema emocional o inclusive de salud. Entonces, es necesario tener ese tipo de cobertura.
Y luego, una red de apoyo. Entonces, uno tiene que buscar redes de apoyo entre amigos, en grupos de oración, en diferentes iglesias. Entonces, realmente es un equipo muy grande. Sí, el misionero es como la punta de flecha, pero el equipo es todo esto que se menciona.
DAVID PUERTO
Yo creo que estás diciendo cosas muy importantes. Porque cuando una persona o una iglesia envía a un individuo, no se trata de: “Pues oramos por ti, que Dios te bendiga y… ah, nos contás cuándo regresas”.
JUANY CRUZ
No, no. Tiene que estar pendiente siempre.
DAVID PUERTO
Ajá. Pero también, no es solo trabajo de la iglesia local. No es solo trabajo de la entidad misionera que envía o recibe. Ah, pero tampoco es solo responsabilidad de uno mismo.
Entonces, yo creo que es muy importante y muy valioso lo que estás mencionando, que es, eh, entender que, bueno, el principal cuidador es Dios. Y también el autocuidado es tan necesario y tan indispensable.
Entonces, pensando en esto, Juany, como una persona que está considerando el llamado misionero como su vocación de vida, ¿cómo puede entender que está lista para salir al campo misionero? Que tiene las redes de cuidado necesarias, pero también que está preparada emocionalmente para salir al campo misionero. ¿Cuáles crees tú que serían esos puntos importantes a considerar y decir: “Esta persona está lista para salir al campo misionero”?
JUANY CRUZ
Bueno, en primer lugar, la persona está segura de que el Señor le está llamando y tiene una convicción y una paz en su corazón que dice: “Es esto, es lo que el Señor quiere de mí.” Y luego va a ver que su iglesia lo empieza a apoyar, su familia, aun —digamos, si es una persona soltera—, su familia va a entender que ese es el llamado que tiene el candidato —mencionemos ahora, todavía no ha salido.
También se prepara. Es muy importante la preparación bíblica, porque la Biblia es lo que vamos a enseñar. Tenemos que conocer el contenido de la Biblia para transmitir el mensaje que Dios quiere. Conocimiento teológico, cultural. Mientras más nos preparemos, si tenemos alguna habilidad, talento, profesión que podamos usar en el campo, todo eso va a ser necesario. Y todo eso va a ser avalado por la iglesia, que dice: “Nosotros confirmamos que este es un obrero probado y aprobado en nuestra iglesia porque ha servido, porque le hemos visto crecer y porque vemos ese deseo de servir”.
Entonces yo diría que uno nunca va a estar 100% seguro, porque hay temor. Es normal.
DAVID PUERTO
Claro, sí. A lo mejor —no sé, solo como una comparación, no sé si sea adecuada—, pero tal vez como cuando nos vamos a casar, o cuando vamos a tener hijos. Realmente nunca, nunca te sientes seguro. Y tampoco la idea es: “Bueno, aquí está Pablo 2.0”, que ya está listo para irse.
Siempre hay cosas que trabajar. Y el campo misionero, yo creo que por eso es tan importante hablar del cuidado integral también, porque el campo misionero va a exhibir cosas en el corazón. Y por eso es tan importante.
¿Qué otra característica? Hablaste de preparación, de conocimiento, de estudio. En cuanto a la vida emocional de la persona, ¿qué consideras apropiado tomar en cuenta para estar listo para salir al campo?
JUANY CRUZ
Es muy importante la estabilidad emocional de la persona. Realmente, se deben tratar cosas de su pasado, porque el campo misionero es como una olla de presión. Entonces, si uno lleva muchas cargas que no ha resuelto, en el campo va a explotar como una olla de presión.
Porque, como ya había mencionado, esas cuestiones culturales, de idioma, de no entender cómo funcionan las cosas, el hecho de sentirse solo, hace que uno reviva situaciones dolorosas del pasado. Y es muy importante que la persona vaya con un corazón sano.
De hecho, con mi esposo, cuando entrevistábamos a candidatos —especialmente solteras, nos tocaban solteras—, él les preguntaba: “¿Cómo está tu corazón?” Y había una persona —me recuerdo tan claro— que dijo: “Está sano. Yo estoy bien”. Y ella fue, salió, hizo un muy buen papel.
Hubo otra persona que le dijo: “¿Cómo está tu corazón?” Ay… o sea, solo vimos que su rostro se le desvaneció, y que ella tenía una desilusión amorosa con la cual ella debía tratar. Entonces, se habló de esperar, de posponer, porque en cualquier momento ella podía caer allá a la tentación.
Hemos tenido casos —me tocó con una persona, en un país, no cristiano— que se enamoró de alguien local porque tenía demasiada soledad. Y él tenía la religión de la cultura. Y cuando yo hablé con ella, me decía: “No, o sea, yo no entiendo cómo pude caer en esto”. Pero tenía una necesidad emocional tan grande que él me hizo sentir querida, y yo acepté ir a vivir con él, en su casa, con su familia. Y dejar… no he dejado al Señor —me decía—, pero he tenido que dejar, ni mis convicciones, sino mi forma de vida y de adorar al Señor y el propósito que me traía.
Entonces, es bien importante ir con un corazón sano.
DAVID PUERTO
Y también, madurez emocional. El entender que van a haber desafíos, como decías, en el campo misionero, que pueden exhibir también cosas no resueltas.
Ahora, tú nos dijiste al inicio de nuestra conversación que sirves en un ministerio también. Porque, ¿qué hacemos con las heridas del pasado? Hay personas que están interesadas en salir al campo misionero y puede que haya algo en su corazón que no está siendo tratado, que no ha sido tratado. Y realmente, uno puede lucir muy bien delante de la iglesia y responder las preguntas de manera adecuada, pero hay cosas en nuestro corazón que necesitan ser tratadas delante del Señor, pero con ayuda también.
JUANY CRUZ
—Así es.
DAVID PUERTO
—¿Qué recomendaciones darías tú para tratar con heridas y asuntos del pasado para estar listos para salir al campo misionero?
JUANY CRUZ
Bueno, como mencioné al principio, yo trabajo en el —o colaboro en el— Instituto de Sanar las Heridas del Corazón, y de lo que trata es de tener terapias grupales, reuniones en las que se empieza a abordar temas de vida. No solamente de… no se empieza hablando: “Bueno, ¿cómo fue tu pasado?”, sino se pregunta: “Si Dios nos ama, ¿por qué sufrimos?” Yo creo que es una pregunta que todos nos hemos hecho.
Y luego: ¿cómo es un corazón herido?, ¿cómo reacciona?, ¿cómo sanarlo? La relación con nuestro padre terrenal, ¿cómo afecta nuestra relación con el Padre celestial? ¿Cuándo enfrentamos pérdidas? Y creo que al salir al campo misionero uno pierde lo que tenía en el pasado: su relación familiar, su iglesia, su entorno, y llega con pérdidas a ese lugar.
Pero, ¿cómo afrontar las pérdidas?, ¿cómo perdonar? Es increíble la cantidad de gente que no ha perdonado. Y aparentemente, como decías, está bien, que sí, que “el Señor me ha llamado”, pero en el fondo dice: “No, yo no puedo perdonar a esta persona”. Eso se queda ahí, eso nadie lo toca. Pero lo tocamos, porque hay que sanar todo eso, hay que perdonar para poder reparar y seguir adelante.
La verdad es que yo recomiendo este curso a todos los candidatos a misioneros. Y si ya están en el campo y no lo han tomado, pues que lo tomen allá. Y si ya regresaron, que lo tomen en su lugar de origen, porque es clave para sanar el corazón.
Y si hay algo más que hay que tratar, eso abre las puertas para entender que van a necesitar —como yo decía— ese cuidado ya profesional, una terapia ya personalizada.
Entonces, si quieren información, pueden buscar en el país donde se encuentren. Está la página en inglés, pero el título… pero hay información en español y se llama traumahealinginstitute.org. Entonces, en el país que estén pueden buscar y pedir apoyo y decir: “Miren, necesito tomar este curso”.
DAVID PUERTO
Y yo creo, Juany, que es muy importante también que las iglesias, los pastores, los líderes puedan estar al tanto de este tipo de recursos, porque es importante. Cuando una persona llega, y le pregunta a un pastor y le dice: “Mira, tengo interés en salir al campo misionero”, yo creo que hay muchas preguntas que se pueden comenzar a hacer. Conversaciones.
Hay asuntos de preparación, como decías. La iglesia idealmente te tiene que ver servir, tienes que tener un carácter probado dentro de tu iglesia local, porque ellos son los que te van a enviar. Ellos están tomando la responsabilidad asignada por Dios para enviarte. Y no un envío descuidado.
Pero también he hablado con varios pastores en diferentes lugares, y la pregunta es: “Bueno, se están acercando conmigo, ¿qué les digo?” Y el tema emocional y la restauración, la sanidad, es muy, muy importante.
JUANY CRUZ
—Sí, así es.
DAVID PUERTO
—Indagando un poquito más en este tema del rol de la iglesia local que envía, tú nos dijiste que es parte de los círculos concéntricos, al inicio. Ya hemos hablado un poquito de la iglesia local, pero ¿qué recomendaciones darías tú a los líderes o, por ejemplo, a una persona que es mentora de un candidato a misionero, que no necesariamente tiene este llamado a la misión transcultural, pero que sí está acompañando a alguien que va a salir al campo misionero? ¿Qué recomendaciones le darías tú a esta persona como parte de una iglesia para acompañar bien a alguien que está saliendo al campo misionero?
JUANY CRUZ
Bueno, en primer lugar, que le tome muy en serio este deseo, este llamado. Generalmente son jóvenes los que empiezan, o puede ser una familia. Que escuche sus razones, que escuche su corazón y que sepa que realmente quiere salir.
Y apoyarle, en primer lugar en oración. En oración, y decirle: “Oremos juntos y busquemos la dirección del Señor para ver si Él te está llevando realmente a otro lugar”.
Hablar con el liderazgo es muy importante, porque a veces, la persona tiene un fuego —especialmente después de haber estado en una conferencia o en una cumbre misionera—, dice: “Sí, yo me voy.” Pero luego se queda callado, o empieza a buscar información por internet. Pero realmente lo que tiene que hacer es hablar con su liderazgo, con su pastor, y mostrarle su interés y darle a conocer.
Entonces, la persona que le está apoyando también camina junto a él, le escucha. Y muchas cosas no vas a saber, porque puede ser algo nuevo. Dice: “Esto nunca me había pasado en mi iglesia.” Pero sí, le puede escuchar, apoyar y empezar a buscar juntos información para poder entender realmente lo que es este llamado misionero.
Y no solamente al candidato en ese momento, o a la persona interesada, sino también a su familia. Hacerles entender que es un llamado del Señor, que el Señor le está llamando a servir en otros lugares.
Y si ya la persona salió, apoyar a la familia en esos momentos. Preguntarles cómo están, qué necesidades tienen, y una comunicación constante. Ya cuando el misionero está sirviendo en el campo, tener reuniones periódicas por Zoom o por WhatsApp, o una llamada. Preguntar: ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes?, ¿cómo van las cosas?, ¿cómo te trata la cultura?, ¿te gusta la comida o no?, ¿te gusta el clima?, ¿ya conoces lugares?, ¿cómo vas con tus finanzas?
Y eso no quiere decir que uno le va a dar todo eso, pero sí le va a escuchar para poder interceder. Y, en cierta forma, puede ser, por ejemplo, el mentor el que le diga: “Pastor, no está recibiendo todas las ofrendas que necesita. Está pasando por situaciones económicas difíciles”.
Entonces, todo eso va a ayudar para que el misionero no se sienta solo, sino que vea que está respaldado.
DAVID PUERTO
Claro que hay desafíos significativos. Como decías en tu propia experiencia. Llegas a un nuevo país, dices: “Aquí, pues… ¿hablo? ¿No hablo el idioma? Comencemos por ahí”. Luego vienen asuntos que uno no tiene porque no vive donde creció.
JUANY CRUZ
—Exacto.
DAVID PUERTO
—¿A dónde ir a un médico en una emergencia? Sí. No solamente las cosas del día a día, como el supermercado. Pero bueno, tienes un vehículo y se te echa a perder, se te arruina. ¿Hay un mecánico? ¿Será confiable este mecánico? Sí. O pues, ¿cómo nos comunicamos? ¿Cómo es? Hay muchos desafíos. Y yo creo que un buen acompañamiento es saludable.
Entonces, hablamos un poquito de la iglesia local, pero también la agencia misionera. ¿Qué puede esperar un candidato de una agencia misionera o qué sería saludable esperar? Tampoco la idea es que la agencia misionera ahora está encargada de que todo sea perfecto. No se puede. Pero, ¿qué podría esperar, en tu experiencia? ¿Qué recomendaciones darías tú a alguien que está buscando una agencia misionera para salir al campo?
JUANY CRUZ
Bueno, que en la agencia le pongan el interés y la atención que el candidato requiere, en primer lugar. Y luego, el candidato tiene que someterse a un proceso de pruebas, de llenar formularios, de ver su evaluación doctrinal, cómo está su conocimiento bíblico, teológico.
Se hacen muchas pruebas, físicas, se piden exámenes médicos y se les pide también exámenes psicológicos. Es algo muy completo, pero la idea es una protección para el misionero, para que vaya bien. Y también, a veces es un decir: “Espera, porque todavía te falta.” No se le va a decir: “No, tú no calificas”, sino: “Tienes que pasar por un proceso.”
Si una persona soltera siente que no puede estar sola, entonces orar para que encuentre a su pareja y, en su momento, puedan ir ya como esposos al campo misionero. Y la agencia le puede apoyar, por ejemplo, en el área de salud y decir: “Mira, estás teniendo problemas de anemia, por decir, entonces tienes que buscar una mejor alimentación, tienes que hacerte estos controles para que salgas sano.”
Se puede esperar también que la agencia le proporcione un seguro médico. Que le diga: “Mira, tienes que usar…” porque una cosa es aquí, en tu país, donde alguien es conocido.
DAVID PUERTO
Y tienes un amigo que es doctor, o tienes un amigo de un amigo, o tu tío, tu primo… Hay esas conexiones sociales que no están en el campo misionero.
JUANY CRUZ
Exacto. En cambio, allá uno… ¿y a dónde voy? Pero ya con un seguro médico, que es un requisito, es muy importante crear la conciencia en el misionero de que en el extranjero necesita un seguro médico. Porque no es lo mismo enfermarse en casa, donde mi mamá me va a dar un té caliente con bastante limón y miel, que allá, donde no sé a quién acudir.
Entonces, se les da… se puede esperar eso. También que les ayuden a ubicarse, porque a veces alguien dice: “Yo siento que debo salir, pero no sé a dónde.” Entonces se les empieza a ver, de acuerdo a sus aptitudes, de acuerdo a su preparación: “Bueno, este lugar sería apropiado para ti. En este lugar tus habilidades van a ser bien usadas.” Entonces se le guía en cuanto al lugar.
También que le proporcionen un equipo receptor, donde no llegue solo, y que no llegue al aeropuerto y: “¿Ahora a dónde voy?, ¿qué hago?”, sino que le estén esperando y que le puedan dar orientación al llegar.
Entonces, sí puede esperar bastante asesoría. Algo que es bien importante y siempre resaltamos: si vamos fuera de América Latina, tenemos que saber hablar inglés. Entonces, siempre se pide: por favor, tomen clases de inglés. Aquí, aquí es más fácil. Y ahora hay tanta facilidad… se necesita que tengan conocimiento de inglés.
Y, generalmente, cuando ya van a otro campo, ahí sí ya van a estudiar el idioma localmente. También se les asesora y se les dice: “Miren, ustedes pueden ir a tal lugar”, o “van a tener un asesor de idioma, no necesariamente un profesor”, “tienen este método”. Pero se les pide, se les dice: “Miren, tienen que hablar el idioma”, porque la gente va muy feliz: “Yo voy a compartir el evangelio”, y no pueden hablar. Sí.
Entonces, sí hay varios aspectos. Se les asesora también —eso quiero mencionar— en el área financiera. Porque uno ya averigua en el campo cuánto es el costo de vida y le puede decir: “Bueno, con esto se puede vivir decentemente allá y también guardando una reserva por si tienes que regresar antes o para tu regreso. ¿Boleto de regreso?”
DAVID PUERTO
Para alguna emergencia.
JUANY CRUZ
Se le asesora también: “Bueno, ¿cómo puedes levantar fondos?” Porque no es que la agencia le paga a uno —eso tenemos que aclarar—, sino que el misionero es responsable de levantar sus fondos. Pero se le da guía de cómo hacerlo: a través de su iglesia, de sus redes, de su gente conocida, de su familia. Entonces, sí se le da bastante acompañamiento en ese sentido.
DAVID PUERTO
—Okay, excelente.
Yo creo que hay muchísimo que podríamos conversar, cada uno de estos temas. Porque estos procesos, pues, no duran 30 minutos, lo que dura esta entrevista. Pues duran varias semanas. Algunos se convierten en meses. Pero al final…
JUANY CRUZ
Pueden ser años el proceso de salida. Puedo ahí decir algo de la gente con la que trabajamos: el promedio era dos años desde la primera vez que manifiestan su deseo de salir hasta que salen al campo.
DAVID PUERTO
¡Wow! ¿Dos años en promedio?
—Sí, sí, sí.
—¿Y qué palabras de ánimo tendrías tú para un latinoamericano, un hermano, hermana, una familia que esté con ese deseo y, de repente, viene el desánimo, en un proceso tan largo? ¿Qué palabras de ánimo les darías, tal vez para cerrar esta conversación, Juany, y dejar este mensaje final de ánimo, esperanza, para los que están siendo llamados al campo?
JUANY CRUZ
Bueno, yo les respondería con la Biblia: “Fiel es el que te llama, el cual también lo hará.” Y Él te va a capacitar y Él te va a llevar.
Entonces, que no se desanimen. Hay momentos en los que uno dice: “Ay, pero no he levantado sostenimiento, pero me falta, tengo un bajo porcentaje”. Pero seguir, seguir adelante en ese proceso. Seguir. Y uno puede ver cómo el Señor obra cuando el llamado es genuino y nosotros queremos obedecer realmente a su llamado.
Y que no nos desanimemos cuando, a veces, nos pasa que estamos mirando al pez gordo y queremos cazar, pescar, y ese pez se escurre en el agua. Y abajo hay un montón de pececitos ahí que quieren, que solo están esperando que uno les pida apoyo. Entonces, que aprendamos a ver dónde. Que nuestra fe esté puesta en el Señor en primer lugar, pero que también podamos discernir que no necesariamente tenemos que ir al recurso más visible o más grande, porque tal vez alguien más ya lo tomó.
DAVID PUERTO
O más llamativo.
JUANY CRUZ
Exacto. Sino que podamos ver al Señor moverse, porque Él hace obras, Él hace milagros. Y que no nos desanimemos por ser latinos, porque a veces decimos: “Ay, que somos pobres.” No, no somos pobres. Podemos administrar bien los dones que Él nos ha dado. Y, como muestra, hay muchos misioneros latinos sirviendo en el campo.
Entonces, si el Señor nos llama, Él nos va a llevar en su tiempo.
DAVID PUERTO
Amén. Muchas gracias, Juani. Y muchas gracias a ustedes por ser parte de esta conversación. Saben que este es un espacio donde nos reunimos con amigos para conversar acerca de la misión de Dios.
Y TEAM Latinoamérica quiere proveer recursos para ustedes, así que en la descripción de este video vamos a dejar un enlace donde puedes llenar un formulario. Y nosotros queremos comunicarnos contigo, queremos conocerte. O también puedes acceder al código QR que está apareciendo ahora en la pantalla. Simplemente queremos saber de ti y queremos saber cuál es la mejor manera de servirte.
Que el Señor te bendiga, y nos vemos en un próximo episodio de este podcast de Team Misiones Latinoamérica.