Cómo la historia de la Iglesia puede inspirarnos en la misión

Descubre cómo la historia y la misión inspiran a la iglesia latinoamericana. Giovanny Gómez comparte su testimonio, el origen de BITE y los desafíos para cumplir la Gran Comisión junto a David Puerto.

VIDEO:

PODCAST:

Transcripción:

David Puerto: 

Hola nuevamente y bienvenidos a este podcast de Team.

Team es una agencia misionera que sirve a la iglesia en América Latina y en diferentes partes del mundo para enviar misioneros, especialmente a aquellos lugares donde la iglesia es menos visible y hay menos acceso al testimonio del evangelio.

Este es un espacio donde nos sentamos con amigos para hablar de la misión de Dios, para conversar y soñar juntos también acerca de cómo la iglesia latinoamericana se puede involucrar en la Gran Comisión.

Y para este encuentro, para este episodio, tenemos una visita muy especial aquí en nuestro podcast: Giovanny Gómez, de BITE.

Giovanny, ¿cómo estás? ¡Bienvenido!

Giovanny Gómez Pérez:

—Bien, David, muy contento de estar aquí. Gracias por la invitación.

—“Giovanny de BITE”, así me llamo en redes sociales. Creo que me voy a cambiar el apellido.

David Puerto: 

—“Giovanny de BITE”, me gusta eso.

—Pues yo creo que es un buen punto de partida para comenzar. Cuéntanos un poco de tu vida, de tu conversión también, y cuéntanos cómo comenzó BITE.

Giovanny Gómez Pérez:

—Bueno, yo puedo decir que soy producto de una familia cristiana. Mi abuela, la mamá de mi mamá, conoció el evangelio a través de la radio, que eso para mí es muy significativo.

Mi abuela vivía en el campo colombiano, en una zona muy apartada, y alguien le compartió el evangelio. Y empezó a escuchar una emisora que se transmitía en onda corta. Eso, seguramente, para la gente joven es “en chino”.

David Puerto: 

Pues yo no soy tan joven, pero también está “en chino”.

Giovanny Gómez Pérez:

Había una frecuencia AM, FM y unas onda corta y onda larga, creo. Ahí en los comentarios nos corregirán. Pero esa onda corta era la forma en la que las personas podían escuchar emisoras de muy lejos.

Entonces, mi abuela escuchaba una emisora de las Antillas Holandesas que transmitía un programa en español en la madrugada. Mi abuela se levantaba muy temprano a escucharlo. En ese tiempo era Luis Palau Responde y estos programas.

Mi abuela conoció el evangelio a través de eso, y eso para mí es muy interesante en la medida en que Dios usó un desarrollo tecnológico de ese tiempo para llegar con el evangelio hasta mi familia.

Mi abuela tuvo 15 hijos, entre ellos mi mamá, y muchos de ellos escucharon el evangelio por mi abuela. Hoy yo tengo muchos primos y tíos que son creyentes por lo que el Señor hizo en ese momento.

Yo llegué a la iglesia tal vez cuando tenía… o fui por primera vez a una iglesia evangélica cuando era muy niño. Claramente, pero particularmente fue por una enfermedad.

Yo tuve una enfermedad, unos tumores en el estómago, que hasta el día de hoy no se sabe qué tipo de tumores eran.

Yo llegué a una iglesia evangélica buscando una sanidad física para mí en medio de la desesperación. Estuve en un centro médico para niños enfermos de cáncer y, en medio de la desesperación, mi mamá empezó a buscar una iglesia donde congregarse, orando por una sanidad física.

Así fue como llegué a una iglesia evangélica.

Esa enfermedad yo la padecí tal vez a los 7 u 8 años, era bastante pequeño. Y fue algo muy importante en mi vida, en mi infancia, porque siempre estuvo esa enfermedad. Realmente nunca pudieron sacarme todos los tumores que tenía en el estómago.

Me sacaron uno del… como de la vejiga en su momento y del colon, pero luego aparecieron en el hígado muchos. La paradoja es que, hasta el día de hoy, la gran mayoría de estos tumores están en mi cuerpo porque nunca se pudieron extraer realmente. Están ahí.

Y yo recuerdo un momento muy específico en mi infancia que podría decir que es un momento de esos que nunca se te olvidan.

Porque yo estaba saliendo de una iglesia evangélica en Bogotá. En ese tiempo, mis papás tuvieron que dejar su vida en el campo. Mi mamá tuvo que venirse a Bogotá conmigo. Yo soy el hermano mayor, así que tuvo que dejar a mis hermanos en el campo solos. Fue un período bastante difícil para mi familia.

Mi familia tenía muy escasos recursos, entonces todo lo que implicó ese movimiento fue bastante traumático. No solo para mí, sino para mi hermana, la que me sigue, y algunos de mis hermanos pequeños.

Pero yo recuerdo un día, saliendo de la iglesia, después de un culto de oración de sanidad, que le dije al Señor:

“Señor, si yo algún día me voy a apartar de ti, no me quites esta enfermedad”.

No sé qué efecto tuvo eso, o cómo lo recibió el Señor, o de qué manera Dios ha obrado a través de esa petición, pero hoy por hoy, más de 30 años después, un poco más de 30 años después, los tumores siguen ahí.

Y cada vez que voy al médico, al oncólogo, a que me revise, siempre la respuesta es:

“Están ahí, no los toquemos, porque puede ser peor si abrimos y tratamos de mover eso. Déjenlos ahí. Usted tiene un estilo de vida normal”.

Me preguntan:

”¿Puede comer de todo? ¿Puede caminar, levantarse?”

“Sí, puede hacer todo normal”.

Y, básicamente, cada día que me despierto tengo que recordarme a mí mismo que estoy vivo por la gracia del Señor, y que el verdadero tesoro no era que me hubiera sanado físicamente cuando era un niño, sino que conocí el evangelio y ese es mi verdadero tesoro. No el hecho de estar sano físicamente.

El Señor nunca me sanó físicamente, a pesar de que oré mucho, hice ayunos, traté de tener mucha fe. Mi mamá también, mi familia también.

Pero bueno, aquí estoy, 30 años después, por la gracia del Señor.

Y lo más precioso que el Señor me dio fue el evangelio, no la sanidad física.

David Puerto: 

—Y desde ese momento entonces, ¿comenzaste a congregarte y has continuado caminando con el Señor a lo largo de estos años?

¿En qué momento tú comienzas este tema de medios de comunicación? ¿Estudiaste eso? ¿Dónde fue el punto donde dijiste: “Yo creo que esto es mi vocación, voy a seguir esto”?

Giovanny Gómez Pérez:

—Es para un podcast de dos horas, seguramente, todo esto… Tenemos muy poco tiempo, pero…

Yo crecí en una zona rural en Colombia, y los primeros años de mi vida fueron en una casa sin energía eléctrica. O sea, no había electricidad en mi casa.

Entonces, mi mamá nos compraba muchos libros. Era una forma de darnos entretenimiento. Entonces nos compraba libros de caricaturas de Disney y esto, pero también me compraba libros de historia, historia de Colombia e historia en general.

A mí me encantaba ver los libros y pensar en el pasado.

Entonces cuando uno crece en un entorno en el que no hay mucho entretenimiento, pues tienes que estar preguntando y buscando.

David Puerto: 

La creatividad seguro es buena. Es bueno aburrirse de vez en cuando.

Giovanny Gómez Pérez:

Seguro, seguro. El aburrimiento es la base de la creatividad. Entonces, desde muy niño siempre había una pasión por la historia y había cierto gusto por emprender ideas para cosas que hacer. Nos inventábamos juegos y buscábamos recursos donde había.

Cuando yo estuve enfermo, a partir de ahí nosotros empezamos a congregarnos en una pequeña iglesia de mi pueblo, una iglesia pentecostal.

Pero mi mamá no siempre encontraba la forma de ir todo el tiempo a congregarse, entonces no éramos una familia muy constante en la iglesia. Pero cuando tenía 15 años, varios años después, la enfermedad regresó. La enfermedad de la que hablé inicialmente, y tuve que volver a ir al hospital, volver a estar en chequeos médicos, y descubrieron nuevamente que esa enfermedad estaba ahí. En ese momento yo dije: “Mira, yo tengo dos alternativas en mi vida: o me vuelvo a meter en un hospital y vuelvo a sufrir todo eso desde niño, muchas cirugías, exámenes y demás tratamientos, o busco al Señor”. Yo todavía creía en ese momento que el Señor me podía sanar.

Empiezo a ir a una iglesia, una iglesia donde iba mi abuela. Ahí conozco a mi esposa.

Conocí a mi esposa y, en tal vez un año de estar de novios, nos casamos. Nos casamos muy rápido. Yo tenía 18 años. Así que en ese momento yo no había estudiado ninguna carrera universitaria. Probablemente no lo hubiera podido hacer tampoco por la economía de mis papás. Mi esposa estaba estudiando psicología, pero cuando te casas tan joven y no tienes un perfil profesional, pues hay que buscar la forma de trabajar. Así que la posibilidad de estudiar se quedó atrás para los dos y empezamos a emprender.

Y para ese tiempo, el tema de la tecnología me parecía interesante, me parecía muy cautivador. Internet era bastante nuevo en ese momento. Montamos un cibercafé, un café internet se llama en Colombia, y empezamos a trabajar ahí. Y ahí empezó cierto interés por la tecnología. Y como era algo bastante innovador, a mí me llamaba la atención y empezamos a desarrollar ciertos negocios alrededor de eso: montar cabinas telefónicas o cibercafés. O sea, como montarlos, no sé si se entiende, pero como armarlos, pues.

Y a partir de ahí empezó a surgir un interés por el tema tecnológico, mientras éramos creyentes, claramente. Bueno, hicimos muchas cosas a nivel de tecnología, pero por ahí nació la idea. No sé si respondí la pregunta.

David Puerto:

—Sí, sí, la estás respondiendo. Estás en el proceso de responder.

Pero sí, me llama bastante la atención porque realmente nace no de una carrera académicamente hablando, sino más bien de cómo el Señor ha ido poniendo intereses, circunstancias de vida también muy particulares.

Tú, tu familia, Pilar, tu esposa, y bueno, luego nace tu hija también, y como en medio de la necesidad van surgiendo estas cosas. Luego surge BITE. Ahora, hemos platicado antes que realmente surge inesperadamente, sin una estrategia planificada a largo plazo: “Queremos tantos seguidores en las redes sociales, queremos hacer tantas cosas”.

Pero ahora BITE es muy reconocido en el mundo de habla hispana, en la iglesia latinoamericana también. Es más, yo conozco seminarios que usan los videos que ustedes hacen para sus clases de historia, de misiones, de tantas otras cosas.

Pero ¿en qué punto comienza eso? Y si tú miras para atrás, ¿cuál es la misión de BITE? ¿Cuál es el propósito que tú y tu equipo, tu esposa, tienen al hacer lo que hacen?

Giovanny Gómez Pérez:

—Sí, yo creo que por todo ese trasfondo, en mi vida particularmente siempre había una pasión por el contexto, por entender el porqué. O sea, ¿por qué suceden las cosas? ¿Por qué somos cristianos? ¿De dónde viene esta iglesia? ¿Por qué tenemos la doctrina que tenemos?

En realidad, BITE surgió como un anhelo por eso, por saber más, por una cierta curiosidad por conocer cosas que normalmente en las iglesias no se cuentan o no se dicen en el servicio dominical.

Entonces, nosotros en el 2010, o un poquito antes, con mi esposa Pilar fundamos una agencia de marketing digital. Bueno, pasaron muchas cosas desde que nos casamos hasta ese punto. Nos casamos en el 2004, ahí estábamos en el 2010, y habíamos hecho muchas cosas en temas tecnológicos. Pero arrancamos una agencia de marketing digital en el momento en el que tal vez Facebook era súper innovador y la mayoría de las empresas no tenían ni siquiera una cuenta de Facebook. Empezamos a ofrecer servicios de este tipo, a la par que estábamos en la iglesia.

Entonces nosotros entramos a estudiar al seminario de nuestra denominación en el 2013, no en el 2014, empezamos a estudiar en el seminario de nuestra denominación y, estando en clases, aprendiendo, emocionados por lo que estábamos aprendiendo, en algún punto estábamos viendo una charla TED, TED Talk y dijimos: “Sería interesante hacer esto, pero cristiano”. Es decir, que gente experta en determinado tema pase al frente y hable de algo. Sería genial.

Y era una muy buena intersección, porque conocíamos el mundo digital, teníamos una agencia de marketing digital y, aparte, eran temas que estábamos estudiando. Sería genial hacer una intersección entre las dos cosas: usar este conocimiento que ya tenemos y fusionarlo con nuestra fe.

Y así empezó la idea. Hicimos una presentación, desarrollamos la marca de BITE y fuimos con el director del Seminario. Le propusimos hacer eso en el Seminario. Él estuvo muy interesado en su momento, pero no se pudo llevar a cabo, en ese momento. Y luego, hice un diplomado dentro del seminario para poderme graduar en teología latinoamericana y presenté nuevamente el proyecto. Y al profesor le parece muy interesante.

Y en ese punto, con Pilar, mi esposa, dijimos: “Bueno, pero tenemos una infraestructura más o menos que puede soportar hacer contenido porque tenemos la agencia, ¿por qué no arrancamos haciendo algo de contenido?”.

En ese momento estaban de moda unos videos de una marca española que se llama Playground, que eran videos cuadrados en Facebook con texto encima que contaban una historia en muy poco tiempo, eran dos o tres minutos.

En ese momento, Facebook acababa de lanzar el autoplay, es decir, que tú estabas haciendo scroll y el video se reproducía automáticamente sin necesidad de darle al botón de play. Y empezamos a hacer esos videos en Facebook y, no sé, como el cuarto video empezó a viralizar esos videos. Ahí nació BITE.

Para nosotros, que era como un experimento, un hobby, resultó ser que, en menos de dos o tres meses, teníamos 100 000 seguidores en Facebook. Y dijimos: “¿Qué hacemos con esto? No tenemos idea de qué hacer con esto”.

Entonces, hubo un momento que creo que no lo hemos contado o no lo he contado muchas veces. Hubo un momento en el que hubo una publicación, porque empezamos a hacer estos videos y frases, y una frase de Adrián Rogers que decía: “El evangelio es como un mendigo diciéndole a otro mendigo dónde encontrar pan”. Era algo así era la frase, creo.

Esa frase alguien la enunció y Facebook nos dijo que eso era un contenido prohibido. O sea, no tenía sentido. Era un contenido que, según ellos, violaba las reglas de la plataforma y que, si volvíamos a infringir las políticas, cerrarían la cuenta. Y nosotros pensamos: “Qué raro eso, no tiene nada de raro esta publicación”.

Pero sí nos quedó la pregunta: “¿Y si cerraran esto, qué pasaría?”. Ya habíamos crecido bastante. En ese punto, decidimos agrandar el proyecto y dijimos: “Bueno, hagamos una lista de correo electrónico, abramos un perfil de Instagram, abramos un canal de YouTube, una página web y tratemos de que nuestra audiencia no dependa tanto de Facebook”.

Creo que ese fue un momento bastante pivot, por usar un término de marketing, en el que creció a otras plataformas.

David Puerto:

—Si tú tuvieras que resumir, ¿cuál es el propósito? ¿Por qué existe BITE? ¿Cómo lo resumirías?

Giovanny Gómez Pérez:

—Nuestro propósito es visibilizar para inspirar a la iglesia. Nuestro propósito es contar historias a la iglesia para que la iglesia pueda ser inspirada y motivada a servir mejor al Señor.

David Puerto:

—Dentro de su contenido, ustedes han hecho muchísimo acerca de la historia de la iglesia y también de la misión, de cómo la historia de la misión se ha desarrollado a través de biografías de misioneros, a través de eventos de la historia de la iglesia.

¿Cómo ha sido la respuesta de la gente? Porque, pues, es en español, ¿verdad? ¿Cómo ha sido la respuesta de la iglesia latinoamericana y de la iglesia en español a nivel mundial de ese contenido?

Giovanny Gómez Pérez:

—Yo… Hay una historia también de cuando yo era bastante joven.

Alguna vez yo fui a un café internet. En ese tiempo no había internet en las casas, tenías que ir. Recuerdo que pagué una hora de internet para tratar de buscar contenido cristiano. Ya en ese tiempo había algunas páginas que publicaban artículos. Estamos hablando del 2000… ¿qué? ¿2003? Por ahí, bastante tiempo.

Recuerdo que encontré una página que tenía una biografía de David Livingstone y de John Gibson Paton, que fueron misioneros escoceses. Leí esas biografías y me impactaron profundamente. “¡Qué interesante esto!”. O sea, yo no conocía la historia de estos señores, y fue realmente muy impactante para mí, especialmente la de Paton y todo el tema de los caníbales en las islas del Pacífico.

A mí me parece paradójico que hoy esa página… Yo no recuerdo cómo se llama, no recuerdo qué pasó con esa página, nunca más la volví a encontrar. Y siempre estuve buscando biografías y encontraba algunos libros, pero en internet no encontraba biografías.

Y a mi me parece muy paradójico que hoy nosotros tengamos el privilegio y la alegría de poder hacer esto, porque así como esa biografía me inspiró a mí cuando era un adolescente prácticamente, hoy por hoy podemos hacer esto para inspirar a otras personas a la misión.

Yo creo que siempre las biografías de misioneros y la historia de la misión son muy provechosas para la iglesia. A nosotros particularmente nos motiva mucho publicar no solo contenido de la historia de la misión, de los misioneros y de cómo el evangelio llegó o se ha expandido alrededor del mundo—desde William Carey, bueno, obviamente mucho antes, pero en los tiempos modernos desde William Carey hasta misioneros que hoy están alrededor del mundo—pero también nos parece importante y fundamental que la iglesia sepa dónde hay necesidad del evangelio. Cómo el evangelio crece en otros lugares, porque al final somos un solo cuerpo.

Bueno, Puertas Abiertas cita mucho este pasaje de Corintios: “Cuando un miembro sufre, los demás miembros se duelen con él”. Y al ser un mismo cuerpo, somos la misma iglesia en Colombia, o en China, o en África o en cualquier país. Entonces, contar lo que está sucediendo con el cuerpo de Cristo es algo que nos motiva profundamente. Y la recepción es generalmente muy positiva. De hecho, el año pasado publicamos un artículo, que luego fue video, sobre la iglesia en China, por ejemplo. Fue uno de los artículos y videos más vistos de todo el año, sobre cómo China se está convirtiendo en un epicentro misionero.

Y que China, que en principio era un país que recibía muchos misioneros, hoy por hoy está enviando misioneros y está convirtiéndose no solo en una potencia económica, sino en una potencia misionera.

Entonces, creo que es muy positivo y nos motiva mucho poder servir a la iglesia llevando esa información.

David Puerto:

—Yo creo que esos cambios han sido paradigmáticos a nivel mundial, a nivel global, ¿verdad?

Por ejemplo, siempre cuando pensamos en un misionero, pensamos en una persona que es más rubia, de ojos claros, pero eso está cambiando. Y no solo en los misioneros, sino también en el cristiano promedio. El color de piel es mucho más claro en nuestra mente, al menos en América Latina. Nosotros hemos recibido muchísima influencia de la misión transcultural de Europa, de Estados Unidos, pero el paradigma de la misión también está cambiando.

Un cristiano promedio, según los estudios de Lausana, de Gordon-Conwell y de otras instituciones académicas y educativas, dicen que el color de piel en el cristianismo global se está oscureciendo más. Y no intento ser despectivo para nada, es un hecho.

Hay más cristianos ahora en América Latina, África y algunas regiones de Asia que en Norteamérica—Estados Unidos, Canadá—, en Europa o en Australia, que son conocidas como potencias misioneras en el pasado.

Ahora, pensando en que ese paradigma está cambiando, ¿cuál crees tú Giovanny que es tal vez el principal desafío, o un par de desafíos, que la iglesia latinoamericana enfrenta para unirse a la misión de Dios?

Y, por supuesto, el trabajo que tú realizas con el equipo de BITE y en otras organizaciones y ministerios en los que estás involucrado también potencian que haya menos de ese desafío.

Pero, ¿qué piensas tú que son los desafíos que tenemos como iglesia latinoamericana para unirnos a la misión?

Giovanny Gómez Pérez:

—Bueno, yo creo que hay muchos desafíos, claramente, hay muchísimos y bueno, tú los conoces, sabes muchos de ellos.

Pero desde nuestra perspectiva en BITE, desde lo que nosotros podemos contribuir a superar desafíos, creo que podemos enfrentar dos desafíos desde nuestra orilla, desde nuestra esquina, enfrentar DOS desafíos.

El primero de ellos es que la iglesia latinoamericana, en general, no conoce su historia.

Es decir, nosotros no conocemos nuestra propia historia. Muchos evangélicos en América Latina pueden trazar sus raíces quizás a Martín Lutero y luego hacer un triple salto mortal, cuádruple, hasta los apóstoles, cosas así.

Pero nosotros tenemos una rica historia en nuestros países latinoamericanos, y eso me parece muy importante rescatar.

Últimamente me he propuesto leer mucha más historia de los evangélicos en América Latina. Hay muchos recursos para eso.

En cada país se produjeron históricamente documentos. En mi país, en Colombia, hay unos tres o cuatro libros que son muy importantes.

Y estoy en la tarea de poder redescubrir esos libros porque hay mucha riqueza.

Hay muchas personas que vinieron a nuestros países latinoamericanos, misioneros de Estados Unidos, y de Europa, que vinieron de Australia también, que vinieron a América Latina y plantaron muchas iglesias.

Pero luego, en esa segunda generación, hay muchos hermanos nuestros, de nuestra cultura, antepasados nuestros latinoamericanos, que muchos de ellos dieron su vida, que sembraron o pusieron las bases de lo que es la iglesia en América Latina.

Y creo que mostrar esa historia, que los latinoamericanos conozcamos esa historia de personas muy cercanas a nosotros culturalmente, racialmente, puede inspirar mucho a la iglesia latinoamericana hoy.

Y creo que el segundo desafío que tenemos es ayudarle a la iglesia latinoamericana a superar muchas de las influencias que tiene de la cultura: una cultura mucho más individualista, una cultura mucho más egoísta, más centrada en el “yo”, y eso nos está afectando mucho.

Eso se ve, por ejemplo, en países como el mío, en Colombia, donde, producto del individualismo y de este tiempo en el que el “yo” es muy importante, el hecho de que muchas personas no quieren conformar una familia, no se quieren casar, no quieren tener hijos. Y muchos de ellos, mucho menos, quieren servir al Señor o ir a la misión.

Entonces, creo que una de nuestras tareas también es un poco como desmantelar toda esta filosofía individualista que hay a nuestro alrededor y que está afectando mucho la forma en la que las personas mismas conciben a la iglesia y la misión.

Entonces, creo que esos son dos desafíos: Uno, conocer la historia. Dos, desmantelar el efecto que una sociedad secularista está poniendo sobre la iglesia.

David Puerto:

—Sí, y yo creo que la iglesia corre el riesgo de vivir distraída y también desenfocada de lo importante.

Porque vivimos en una cultura post verdad también. Y nos da temor compartir el evangelio porque, pues, cada quien tiene su verdad, y “si eso te funciona a ti, qué bueno por ti”, pero realmente el mensaje del evangelio es que Jesús es el camino al Padre, y ese mensaje se tiene que seguir proclamando, así como se proclamó en la iglesia primitiva, donde vemos a Pablo en Atenas con un conjunto de dioses, y Pablo dice: “Yo les vengo a hablar del verdadero Dios”.

Vemos a una cultura cambiante a lo largo de los años, pero vemos que el evangelio es el mismo, y conocer la historia, nuestra fe es histórica, y conocer la historia también nos da bases firmes para entender que nosotros tenemos que seguir compartiendo nuestra fe, aún en la cultura desafiante en la que vivimos.

Una cultura post verdad, individualista, ¿verdad?, en la que cada individuo tiene su propia expresión de la verdad.

Para cerrar, Giovanny, me gustaría preguntarte: ¿tienes alguna historia puntual, algún evento puntual, algún personaje en la historia de la iglesia que ha animado tu vida, tu caminar cristiano? No sé, ¿estos últimos días o semanas tal vez?

Giovanny Gómez Pérez:

—Sí, yo creo que siempre hay alguien que te inspira.

A mí, personalmente, creo que una de las riquezas que el Señor nos ha permitido—y me siento profundamente bendecido por eso—es poder hacer lo que hacemos.

Cada vez que uno estudia una historia para publicar un artículo o un video, uno se queda con una gran riqueza de poder estudiar la vida de esa persona.

Entonces, siempre voy caminando a través de uno u otro personaje histórico, y siempre hay alguien que te impacta mucho.

Y bueno, qué bueno que preguntaste por los últimos tiempos, porque seguro si me lo hubieras preguntado antes, habría sido diferente.

A mí me parece últimamente, creo que en los últimos años, ha sido muy importante todo lo que sucedió en el Gran Despertar, el avivamiento metodista, el Gran Despertar en América del Norte. Porque creo que son hechos muy formativos de nuestra iglesia evangélica, que el Señor usó en su momento.

Y, por supuesto, pensar en eso me lleva a figuras como John Wesley, George Whitefield o Jonathan Edwards, son muy inspiradores por su teología, por su piedad, por su amor por el evangelismo y por el servicio. Son personajes que me inspiran profundamente.

Pero, producto de ese avivamiento metodista en Inglaterra, en Reino Unido, hubo un personaje que últimamente he estudiado bastante, por diversas razones—entre otras cosas, por recomendaciones tuyas—, que es Andrew Fuller. Para mí es un personaje muy interesante, ha sido últimamente.

Ellos vivieron en un momento histórico muy importante, y Andrew Fuller fue un gran amigo de William Carey. Y podríamos decir que fue la persona que, como ellos mismos usaban la analogía, tiraba la cuerda y Andrew Fuller la sostenía mientras William Carey estaba abajo.

Andrew Fuller, para mí, ha sido un personaje que me ha inspirado mucho últimamente a poder servir a la iglesia sin necesidad, tal vez, de ser el protagonista de la historia, sino más bien el que pone toda la plataforma para la historia. Tal vez, pensando un poco en el personaje bíblico de Bernabé, o incluso en otros personajes de la historia, como tal vez John Newton, personas que estuvieron más enfocadas en defender la verdad del evangelio y en ayudar a otros a brillar. Andrew Fuller es un personaje que me ha llamado mucho la atención últimamente.

David Puerto:

—Gracias, Giovanny. Gracias por compartir todas estas cosas y mucho de tu historia de vida, tu historia personal.

Pues vemos videos tuyos, vemos videos de Pilar también, pero no conocemos que atrás no solo hay mucha investigación. Atrás hay mucha historia, que el Señor ha escrito en su propia narrativa.

Me alegra mucho conocerte de manera personal, pero también que nuestra audiencia te conozca un poco más.

Ha sido de bendición esta conversación y espero que para todos ustedes también haya sido de edificación.

Pues estamos parados sobre hombros de hombres y mujeres que, a través de la historia, nos han bendecido, que han traído el evangelio a nuestro contexto.

Y el Señor nos invita a nosotros también a participar en su misión para llevar su gloria y su evangelio a todas las naciones.

Que el Señor les bendiga, y nos vemos en una próxima entrega.