¿Por qué Dios nos llena de bendiciones? (No es solo para ti)

Dios te bendice para que otros le conozcan, le teman, le adoren y se alegren en Él. ¡Sé parte del plan que lleva Su luz al mundo!

¿Te has preguntado alguna vez por qué Dios te llena de tantas bendiciones? Salud, familia, amigos, una iglesia local, incluso cosas cotidianas como tener qué comer o dónde dormir… ¿Por qué tanta generosidad de parte de Dios?

El Salmo 67 responde esta gran pregunta. Y la respuesta puede transformar no solo cómo ves tu vida, sino también cómo entiendes tu misión en el mundo.

Bendecidos para que otros le conozcan

El salmista comienza pidiendo:

«Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga, y haga resplandecer Su rostro sobre nosotros…» (Salmo 67:1)

Pide bendición con confianza. No porque sea egoísta, sino porque sabe que la bendición de Dios tiene un propósito más grande:

«Para que sea conocido en la tierra Tu camino, entre todas las naciones Tu salvación». (v. 2)

Somos bendecidos para hacer famoso a Dios entre las naciones. Tus estudios, tu trabajo, tus habilidades, tus recursos, tu comunidad… todo es parte del plan de Dios para que más personas escuchen de Su amor y salvación.

Bendecidos para que otros le teman

El salmo también dice:

«Dios nos bendice, para que le teman todos los términos de la tierra». (v. 7)

Temer a Dios no significa vivir con miedo, sino reconocerlo como Rey, confiar en Él y vivir con respeto y amor.

Tu vida bendecida es una invitación para que otros vean lo bueno que es Dios y se rindan ante Su grandeza.

Cuando las personas ven cómo vives con gozo, generosidad, perdón y esperanza, están viendo un reflejo del Dios que bendice.

Bendecidos para que otros le adoren

Dos veces el salmo repite esta idea:

«Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te den gracias». (v. 3, 5)

Dios prometió que personas de todas las edades, de cada cultura e idioma, levantarán su voz para adorarle.

Y nosotros tenemos el privilegio de ser parte del cumplimiento de esa promesa: nuestras bendiciones nos empujan a compartir a Cristo para que más corazones canten Su nombre.

Bendecidos para que otros se alegren

Finalmente, el salmista nos recuerda que Dios juzga con justicia y guía a las naciones (v. 4).

A través de la historia, donde el evangelio ha llegado, la vida de las personas ha cambiado radicalmente: educación, salud, justicia y dignidad han florecido.

Tu vida entregada a Dios puede ser un instrumento para que más jóvenes, más familias, más pueblos se llenen de alegría en Jesús.

¿Y ahora qué?

Quizá nunca pensaste que ser bendecido era tanto un llamado como un regalo.

Hoy, Dios sigue usando a personas como tú para extender Su bendición a todo el mundo.

¿Qué vas a hacer con todo lo que Dios te ha dado?

¿Vivir solo para ti? ¿O ser parte del movimiento global que lleva esperanza, vida y luz a todos los rincones de la tierra?

¡Levántate, sé bendición y haz que las naciones canten!